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La Universidad critica los métodos de la RAH

Responsables de las áreas de Historia critican el sesgo ideológico del diccionario

J. M. M.

Sólo faltaba por hablar la otra academia, la de las aulas universitarias, la que investiga y hace avanzar la ciencia con nuevos descubrimientos. Responsables de universidades y de facultades de Historia arremeten contra el procedimiento de selección de autores y la falta de supervisión académica de una obra que está llamada a ser una referencia.

Juan Gimeno: Rector de la UNED

'Se supone que debe ser una referencia oficial, con consenso en la academia y al decir academia no me refiero a la RAH, sino al conjunto de investigadores. La única manera de abordar un trabajo así de forma científica es hacerlo en equipo, no sólo una persona. No haber hecho esto supone una crítica a todo el diccionario. No se puede encargar una biografía a una persona, de la que se sabe su visión sesgada, sin proponer a otros investigadores con una visión diferente. En ese texto faltan aspectos sustanciales'.

'Es tremendo que se llame 'cruzada' a la Guerra Civil. Es obvio que eso es un criterio valorativo rotundamente criticable y pone muy en cuestión el valor real del diccionario'.

Para Juan Gimeno, 'es tremendo que se llame 'cruzada' a la Guerra Civil'

María Ángeles del Rincón: Decana de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Barcelona

'Es una práctica impropia de la RAH y un desperdicio de euros. No es suficiente con revisar la obra: deberían retirarla y devolver los millones de euros. Yo recomiendo que no se compre. Es inaudito que un diccionario con ese presupuesto utilice un lenguaje propio de una época superada. Es demencial que se utilicen adjetivos franquistas'.

De las Heras: 'La revisión forma parte de la metodología histórica'

'Lo más triste es que el público entenderá que una obra que emana de la RAH tiene autoridad científica. Se cuenta la historia que nos han explicado durante 40 años y ha sido superada en las universidades. La RAH está haciendo dejación de su responsabilidad al no seguir el método del diccionario de Oxford. Nunca llegaremos a ser Oxford, lo que despierta varias preguntas: ¿Por qué no se quiere ejercer la autoridad con rigor científico? ¿Tienen prebendas que repartir? ¿Le deben algo a algún historiador?'.

Javier Ugarte Tellería: Director del área de Historia Contemporánea. Universidad del País Vasco

'Es demencial que se utilicen adjetivos franquistas', explica Del Rincón

'El historiador debe acercarse al objeto de estudio con una disposición neutral. Ni favorable ni hostil. Ni juzga ni recela. No hablo de objetividad. El progresista Paul Preston puede perfectamente escribir sobre Franco porque se basa en las herramientas de la profesión (ahí están sus libros) y el conservador Stanley G. Payne, sobre Dolores Ibárruri, por lo mismo (como ha hecho para el Diccionario de la Academia). No así Luis Suárez, inveterado sectario y simpatizante de la obra de Franco'.

'No es la primera vez que la Academia patina. Ya en el año 2000 entró desafortunadamente de parte en el debate sobre los libros de texto de Historia. Con la obra terminada, un esfuerzo impresionante, resulta increíble que deba ser revisada. Pero, si se espera que quede como una obra institucional, la Academia debe plantearse rehacer aquellas voces, como la de Francisco Franco, mal tratadas en esta edición, encargándolas a historiadores reconocidos y competentes en el personaje. No puede corregirse al autor, pero sí cambiarlo por uno más acorde con la comunidad de historiadores'.

José Luis de las Heras: Director del área de Historia Contemporánea, de la Universidad de Salamanca

'La Academia necesita una renovación. Esto es un síntoma de que las cosas no estaban bien. No quiero descalificar la obra, pero el reparto de biografías entre autores ha sido corporativista. Todavía hay reminiscencias del Antiguo Régimen en esa institución del siglo XVIII. El director debería dar explicaciones. Una cosa es la censura política y otra que en el mundo académico siempre hay revisiones. Se leen los textos sin saber quién los ha escrito para evaluar los cambios. La revisión forma parte de la metodología histórica. []. Es importante que la Academia rectifique, reconozca su error y encargue nuevas biografías. La obra es fruto de una época y una institución'.

Elena Grau: Decana de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Valencia

'Lo normal es encargar las entradas biográficas a especialistas. En el diccionario ha primado la ideología sobre la especialidad. No es lógico que un medievalista escriba sobre un personaje contemporáneo. Esto es una práctica muy poco académica. En una obra así, el editor es el responsable. Si el dinero es público, la supervisión debe ser mayor para no caer en la apología. La historiografía queda en muy mal lugar, lamentablemente. Este diccionario es una obra de referencia y no pueden aparecer términos como cruzada y guerra de liberación para hablar de la Guerra Civil. No puedes mandar allí a los estudiantes. Es importante que la RAH rectifique. Los historiadores contemporáneos saben esto y, si hubieran encargado la obra a especialistas, esto no habría sucedido. Si no se rectifica, no será una obra de referencia. Es un disparate, no se entiende que la propia Academia haya hecho esto'.

Miguel Á. Ruiz Carnicer: Vicerrector de la Universidad de Zaragoza y catedrático de Historia Contemporánea

'Me parece mal que se hayan utilizado fondos públicos para una tarea que no es profesional. Si se hace una edición digital, la obra debe ser revisada, aunque me pregunto quién la revisará. La RAH es ajena a la normalidad historiográfica'.

'El biógrafo de Aznar fue un alto cargo durante su Gobierno. La entrada de Franco, y otras que estamos conociendo, siembra la duda sobre el tratamiento de otros personajes del siglo XVII o XVIII Luis Suárez no debe escribir sobre Franco: es un medievalista que tuvo cargos políticos en la dictadura, donde desempeñó el cargo de secretario de Universidades. Es decir, cuando habla de Franco, habla de su líder. Su visión refleja la moda del revisionismo neofranquista y oculta que Franco fue un dictador que dirigió un régimen directamente emparentado con los fascismos europeos de la época. La gente de la RAH es cercana a ese ámbito ideológico'.

'La dirección de la obra no se puede limitar a recopilar: debe controlar que los textos cumplan un mínimo de calidad. No se puede hablar ahora de cruzada. Es terminología franquista que forma parte de su propia visión. Es la propaganda del régimen: no se puede hablar de ella en serio'.

Manuel de Paz Sánchez: Decano de la Facultad de Historia. Univ. de La Laguna

'Es una institución obsoleta del siglo XVIII. La Historia sólo puede ser objetiva y científica, y debe caracterizarse por la escasez de adjetivos. Hacer un diccionario de estas características es un gasto enorme y absurdo. Es un derroche económico. Se argumenta que todos los autores fueron libres al desarrollar sus escritos, pero algunos han ocultado la objetividad con las simpatías personales. Censurar no, pero sí cuidar el rigor académico. Un texto académico nunca puede ser hagiográfico. Para la Iglesia, aquello fue una cruzada, pero para el resto de españoles, no. Debería haber primado el rigor y la sensatez. Este diccionario es un dislate porque le ha faltado sensatez. Esto demuestra el nivel de soberbia de esta institución y la estupidez de ciertos historiadores'.

Alberto Ramos Santana: Catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Cádiz

'He colaborado con alguna entrada. Dicho esto, no es tan importante que tenga dinero público como que se hace una reescritura sesgada y falsa de la Historia. El régimen franquista fue totalitario, el propio Franco se sentía orgulloso de serlo. Fue una dictadura e intentar edulcorar la imagen del régimen no es más que una manipulación de la realidad'.

'La Academia puede recurrir a la libertad de cátedra, a la libertad de expresión y opinión, pero, sin dudas, un texto como el publicado desprestigia a la Academia y a los historiadores en general'.

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