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Vampiros en tiempos de Reagan

Tras conseguir que su película ‘Monstruoso’ fuera la mejor de 2008 según 'Cahiers du Cinéma' Francia, el

RUBÉN ROMERO

Había gran expectación en el Festival de Sitges por ver qué había hecho Matt Reeves con su nuevo trabajo. Ya podemos confirmar nuestras sospechas: detrás de la gran campaña de marketing viral de J. J. Abrams (creador de Perdidos) para Monstruoso (2008) había un creador solvente. Así lo demuestra Reeves (Nueva York, 1966) en Déjame entrar, que se estrena hoy, remake hollywoodiense de la película homónima rodada por el sueco Tomas Alfredson en 2008, probablemente la cinta fantástica más importante rodada en Europa en el último lustro.

Una atípica película de amor entre vampiros donde Reeves demuestra que le han salido los dientes. Es la misma película, pero es diferente, gracias a la pericia de Reeves para reinterpretar el original. Lo más llamativo es la concreción espacio-temporal, algo que se encontraba completamente fuera de la original. 'Acepté el encargo porque sentía que me podía implicar emocionalmente. Como Owen [el niño protagonista], crecí en los años ochenta y sufrí el complicado divorcio de mis padres'.

En el filme, temas de The Vapors se mezclan con un discurso de Ronald Reagan: 'La intervención elegida habla del Bien y del Mal. Crecer en ese ambiente de opuestos y con la religión como explicación última de todo marca mucho. Es un recurso muy habitual entre los republicanos. Bush acabó haciendo lo mismo'.

La otra gran baza de Reeves reside en dislocar los acontecimientos situando la acción in media res. Todo empieza en un hospital, sin que sepamos quién yace moribundo. 'Necesitaba generar ese suspense para no defraudar a aquellos que hayan visto la original'. De esta se combinan algunos planos rodados prácticamente idénticos (o shot to shot, como se dice en el argot), con otros de gran potencia visual que recuerdan al David Fincher de Zodiac (2007). 'Es una referencia obvia, claro. Los asesinatos de Richard Jenkins [tutor de la niña vampiro] están basados en la forma de actuar de un psychokiller real. El hecho de que se cubriera la cabeza con una bolsa de basura, sin embargo, fue una decisión de Jenkins y dota a su personaje de un patetismo estremecedor'.

Monstruos pequeños

Si Reeves está excepcional, el cinéfilo deberá prestar atención a los dos pequeños monstruos de la intepretación que la protagonizan: Kodi Scot-McPhee, en su segundo papel fantástico tras La carretera (John Hillcoat, 2009) y Chloe Moretz, que se zampaba a Ellen Page y Nicolas Cage en Kick-Ass (Matthew Vaughn, 2010)y ahora hace lo mismo. 'Esos niños... definitivamente tienen algo. Son increíbles. En el filme se transforman hasta el punto de parecer mucho mayores de lo que son'.

A pesar de que ha recibido buenas críticas en EE UU, Déjame entrar ha topado con la intransigencia de la élite crítica de la revista francesa Cahiers du Cinema Francia, la misma que lo encumbró con Monstruoso en 2008. 'Para mí aquello fue una sorpresa, porque mi cine no es el que les suele gustar. Ahora me lo tomo igual de bien. Me importa más la opinión de John Ajvide Lindqvist, el autor de la novela y con quien comenté todas las variaciones que introduje en la historia. Está encantado'.

A todo esto, ¿qué opina su padrino, J. J. Abrams, del resultado final? 'Le ha gustado tanto que ha organizado un visionado con el equipo de su próxima película, Super 8. Apunten su nombre porque Matt Reeves ha llegado a Hollywood para quedarse.

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