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"Lo veo todo más oscuro"

Kiko Veneno. El músico del año. Ha publicado su primer álbum en cinco años y ha debutado en el cine

JESÚS MIGUEL MARCOS

Hay muchos motivos para destacar en 2010 a Kiko Veneno entre todos los músicos españoles. Tras cinco años de silencio, resucitó con Dice la gente, disco aclamado por la crítica. Recibió la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes y firmó su primera banda sonora para la película Don Mendo Rock, de José Luis García Sánchez. Y, además, el flamenco, que él ayudó a revolucionar a finales de los setenta junto a los hermanos Amador y Camarón de la Isla, ha sido reconocido Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, tras escucharle hablar desde Marrakech, donde está pasando la Navidad, uno se convence de que su verdadero mérito es el amor que siente por la música: 'Esta tarde he escuchado cantar hwaríat, un estilo muy rítmico parecido a las bulerías, en el que una mujer canta y otras le hacen los coros. La percusión también la hacen mujeres. Ha sido escucharlo e iluminarse una idea que tenía desde hace años y todavía no había podido escribir. Sólo cuatro versos, pero he sentido una alegría inmensa. Tengo devoción por la música popular'.

¿Qué balance hace del año?

No sé si me hago viejo o es que soy menos optimista, pero veo un año malo para la cultura y la sociedad. Vivimos una involución. Nos quieren hacer creer que la crisis es económica, pero es una involución social y democrática. Esto es: perder derechos, confianza, claridad en la exposición de las cosas Lo veo más oscuro todo.

Todo lo contrario que cuando empezó en los setenta.

En el 77 estaba despertando la democracia en España y el disco de Veneno era el símbolo de la alegría al abrirse algo nuevo. Las esperanza que teníamos de una vida nueva, una democracia con más transparencia, con más solidaridad, siendo capaces de fiscalizar mejor a los bancos, a los poderes, con gente comprometida con la defensa de las libertades... de pronto se nos ha caído un jarro de agua fría encima y nos damos cuenta de que todo es mentira. El PSOE, que parecía el poli bueno, se ha convertido no en el poli malo, sino en algo peor. Saber las cosas que le decía Moratinos a EEUU sobre Guantánamo, por ejemplo, te da muchísima pena.

'A todos los que hacemos música nos gustaría ser Paco de Lucía'

¿Y su nuevo disco ilumina algo?

He hecho un disco con esperanza y bonito, pero pienso: ¿para quién?, ¿para un país de embusteros, de solapaos, sin entrañas, sin libertad...?

Pero ha tenido muy buena recepción, ¿no es así?

El disco gusta a la gente, le trae buen feeling, le da alegría Yo puedo tener dudas, pero mi música, aunque sea a base de dudas, está hecha a golpe de alegría, a golpe de intentar sacar de donde no hay. Casi toda la alegría nace de ahí.

Con usted parece que cada disco es como empezar de cero.

Mi vida ha sido un constante empezar de cero. Mi primer grupo, Veneno, duró dos años. Cuando Rafael y Raimundo formaron Pata Negra, yo me quedé solo. Fue un palo. Empecé de cero y publiqué Seré mecánico por ti en 1981, pero ya no se parecía en nada a Veneno, porque no tenía mimbres para hacer algo que se pareciera. Luego empecé de nuevo con el disco del Cantecito, en el 92, pero con el siguiente la compañía ya estaba desilusionada, me decían que ya no era tan bueno como el primero. Y eso que el primer disco tampoco les gustaba No hicieron publicidad porque no se lo creían, no hicieron ni un single Me vi empezando de nuevo de cero en el tercero, Punta Paloma Y así una y otra vez.

En la música española, ¿cómo se ve?

Una cosa bonita es la Giralda o Paco de Lucía A todo el mundo les gustan, porque están por encima de nosotros. A todos los que hacemos arte nos gustaría ser como Paco de Lucía, pero el tiempo y la gente a mí me dice que soy un outsider y rupturista. Yo intento hacer algo para todo el mundo, pero no lo consigo y sólo llego a algunas personas.

'Trabajar con Camarón, en su día, me trajo descrédito'

¿Qué aprendió haciendo su primera banda sonora?

Me imaginaba viendo la película y diciendo: 'Aquí voy a poner esto y aquí esto otro'. Pero no es así; yo empecé a hacer la música leyendo el guión antes de que se empezara a rodar. Trabajas en el alambre, sin saber lo que estás haciendo. Ha sido un desafío muy interesante y me ha gustado muchísimo entrar en ese mundo.

En 2010, el flamenco fue declarado Patrimonio de la Humanidad. ¿Lo siente como algo propio?

Hombre, yo en el flamenco sí que soy un outsider. Soy un enamorado y si acaso deudor. En un momento determinado trabajé con Camarón y esperaba que eso me sirviera para trabajar más. Yo pensaba que después de aquello me iban a llover los encargos, pero no me llovió ni uno, más bien fue una sequía. No me ofrecieron ni un trabajo más. Lo de Camarón se apreció con el tiempo, pero en su día a mí me trajo descrédito.

¿Que le den la Medalla de Oro en las Bellas Artes significa algo para usted?

Con la gran decepción política, no es el mejor momento para que el Gobierno te reconozca algo, pero siempre hay que ser agradecido. El mundo es duro y ser desagradecido a lo poco que nos dan no está bien. No quiero desperdiciar ni una gota de la buena intención que hay ahí.

¿Hacia dónde gira el timón de Kiko Veneno?

No sé. Tengo muchos proyectos que podría hacer: un disco con canciones de Bob Dylan, un disco con versiones heavys de Violeta Parra, música africana, versiones españolas de los sesenta. Sigo escribiendo canciones y no está el tiempo para pedir muchos regalos. Ninguna compañía te encarga que hagas cosas. A mí me gustaría hacer dos discos al año, podría haber hecho 60 discos. El siguiente me gustaría hacerlo en Suramérica, en Argentina, Uruguay, México, Chile... Aquí estamos muy atenazados por la crisis y creo que allí podría hacer una cosa más amable y más expansible. También me gustaría hacer algo con el flamenco y con músicos africanos... Estoy dispuesto a trabajar cada vez más barato, pero incluso así no sé como voy a sacar presupuesto para el próximo disco.

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