MADRID.- "En definitiva de eso se trata. De contar una historia que llegue a los demás". Así resume su profesión y vocación la actriz Verónica Forqué durante la entrevista.

Verónica Forqué (Madrid, 1955), ha ganado cuatro Goyas por su actuación en El año de las luces, La vida alegre, Moros y cristianos y Kika. Sin embargo, asegura no darles mucha importancia: "el Goya es un mamotreto. Tampoco me gusta mucho".

De hecho, no conserva más que uno: "uno lo tiene una canguro de mi hija, otro mi amigo Paniza que lo tiene en su peluquería de Granada, otro lo he perdido y otro sí lo tengo en el trastero bien guardado", reconoce la actriz a Pablo Iglesias durante la entrevista.

Su cara y su voz forman parte de la memoria sentimental de toda una generación formada en ese cine provocador que siguió a la muerte de Franco.

Una etapa que Verónica recuerda como "muy rara y muy vibrante" en la que "todos teníamos ganas de que las cosas cambiaran, de desnudarnos."

De su trabajo con Almodovar, del que asegura estar muy agradecida, destaca la alegría. "Todas mis experiencias con Pedro son alegría. Él es una persona con mucha alegría", asegura la actriz.

Aunque siempre formó parte de su trabajo, el teatro se ha convertido en una constante en los últimos años. Y es que el teatro, permite una comunión que no se da en el cine. "No hay nada más bonito que ser uno con los demás. Y yo eso en el teatro lo vivo. Con el público y con los compañeros", explica Verónica Forqué.