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El viaje de Sinatra al franquismo

El periodista Francisco Reyero repasa la estancia de Frank Sinatra y recuerda las peripecias del actor y cantante, un periplo marcado por la presencia de la actriz Ava Gardner

El cantante y actor Frank Sinatra durante una velada con la actriz Ava Gardner.

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MADRID.- Un triste felpudo con la inscripción From here to the eternity (De aquí a la eternidad) honra la figura de Frank Sinatra en su lugar de nacimiento, una casa en la calle Montgomery de Hoboken (Nueva Jersey) de la que ya no hay ni rastro, apenas un solar reconvertido en parking. Exiguo reconocimiento para quien, como cuenta Francisco Reyero, autor de Sinatra. Nunca volveré a ese maldito país (Ed. Fundación José Manuel Lara), "representa como nadie la conquista cultural que llevó a cabo Estados Unidos durante la segunda mitad de siglo".

El idilio tormentoso del cantante con la diva Ava Gardner fue lo que le hizo desembarcar en una España doliente de posguerra y autarquía, una España rancia cuyo régimen abría los brazos con desespero a toda estrella foránea que se dejara caer. "La falta de libertad de aquella época no afectaba a las personalidades pudientes que nos visitaban. Ava Gardner, Cary Grant o Frank Sinatra, cualquier estrella procedente del imperio Bronston tenía todo tipo de posibilidades recreativas... como si de un país exótico se tratara".


Bacanales continuas, borracheras épicas, el periplo de Sinatra por la España de Franco tuvo lugar entre 1950 y 1964, año en el que fue obligado por el gobierno de Franco a abandonar el país por desacato a la autoridad. Un desenlace que, como recuerda Reyero, ya se intuía en una de sus primeras visitas por motivo del rodaje de la película Orgullo y pasión. Según cuenta el cronista, Sinatra fue recibido en la escalerilla del avión por el periodista catalán Jaime Arias, quien le anunció una inminente rueda de prensa a la que este debía asistir. "La respuesta de Sinatra fue tajante: Si he de hacerlo, lo haré. Pero entonces tengo que decir que este país está gobernado por un dictador que está sometiendo al país a un gran tormento que deberíamos evitar".

Hedonista y comprometido, estajanovista y vividor, reflejar la personalidad profundamente contradictoria y turbulenta de Sinatra es un reto que no conviene desdeñar, máxime si se tiene en cuenta el secretismo y la censura de la época. El periodista Francisco Reyero consigue un retrato certero de un periplo siempre al filo, marcado por sus enfrentamientos con las autoridades, sus ataques de celos, sus constantes broncas o sus problemas con compañeros de rodaje como Sofía Loren.

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