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De vuelta a los estresantes comienzos del siglo XX

El historiador Philipp Blom reconstruye los vertiginosos cambios ocurridos entre 1900 y 1914

LÍDIA PENELO

Un volumen de 677 páginas sobre lo que ocurrió en Occidente entre 1900 y 1914 puede asustar, pero si el autor es el historiador y novelista Philipp Blom, el temor al tedio se disuelve. Tras el éxito obtenido con Encyclopédie, en el que reconstruía la historia de la redacción de la enciclopedia de Diderot y daba voz a sus protagonistas, Blom ha vuelto a reunir narrativa y erudición en Años de vértigo. Cultura y cambio en Occidente, 1900-1914 (Anagrama). Pero, ¿por qué abordar precisamente ese periodo? 'Fueron años en los que todo cambió a un ritmo vertiginoso. Como una inyección de cocaína que hace subir la adrenalina', dice el autor alemán.

Para Blom, lo ocurrido en el siglo XX es una representación de la efervescencia que ocupó los primeros quince años del siglo. 'Son los años de la gran revolución del arte, la aparición del psicoanálisis y la física nuclear', argumenta. El libro repasa los principales episodios históricos de esos años y brinda escenas que lejos de competir entre sí, se complementan y ofrecen un retrato de los personajes. El autor se acerca a la psicología de sus protagonistas: 'Los hechos son objetivos pero la interpretación es personal y es importante trasladar esa dimensión personal a lo que escribimos'.

'Años de vértigo' no busca trazar las causas de la I Guerra Mundial

A los interesados en Años de vértigo, Blom les pide que imaginen que unos gusanos han devorado la historia posterior a 1914. 'Uno de los problemas que surgen cuando estudiamos esta época es que buscamos lo que llevó a la Gran Guera. Yo lo he escrito sin pensar en eso. Me gustaría que el lector tampoco lo hiciera'.

Uno de los capítulos que más le costó escribir fue el protagonizado por Edmund Morel sobre el genocidio del Congo. 'Este hombre trabajaba para una naviera que importaba caucho para los neumáticos Dunlop, pero Morel se dio cuenta de que también transportaban armas y munición. Renunció a su trabajo y empezó a denunciarlo'.

Otra de las tesis que abraza esta historia de historias es que los autores feministas de 1970 utilizan los mismos argumentos que en 1900, cuando los roles entre hombres y mujeres cambiaron. 'La neurastenia fue la enfermedad de la época, era lo que hoy llamamos estrés', recuerda. La metáfora más repetida de la época es la sensación de estar sentado en un bólido sin saber a dónde se dirige. La velocidad era el concepto de moda y las carreras se hicieron un hueco en las páginas deportivas. Pero, según Blom, muchos, sobre todo empresarios, no pudieron afrontar la aceleración del día a día.

'Seguimos paralizados por el Holocausto e Hiroshima'

'El sentimiento de no tener el control es algo que conecta nuestro principio de siglo XXI con el del XX. Pero en 1900 imperaba la esperanza, las grandes ideologías ya estaban ahí y mucha gente invertía en el futuro', resuelve. 'Hoy el futuro ha dejado de ser una promesa y se ha convertido en una amenaza. No queremos construir un mundo mejor. Ése es nuestro problema, un presente infinito no es posible. Seguimos un poco paralizados por el Holocausto e Hiroshima'. Blom, que ha escrito este libro huyendo de la nostalgia, concluye con un 'sin embargo, debe haber esperanza', aunque lo dice sin poder reprimir un ligero tono nostálgico.

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