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Peligra el futuro de McLaren

Max Mosley no se fía de la escudería británica

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Nueva incertidumbre en una de las pretemporadas más convulsas que recuerda la Fórmula 1. Cuando equipos y pilotos suspiran por el comunicado que haga por fin oficial el retorno de Fernando Alonso a Renault, Max Mosley puso ayer en entredicho el futuro de McLaren, a quien podría obligar a participar en el Mundial de 2008 con el viejo coche pilotado este año por Hamilton y Alonso.

Lo más preocupante no es que el presidente de la Federación Internacional de Automovilismo haya expresado públicamente sus dudas acerca de la sinceridad de la escudería británica durante el proceso en el que fue acusada de espiar a Ferrari, sino las consecuencias que esa desconfianza pueden tener para el equipo que comanda Ron Dennis.'No puedo decir que McLaren haya dicho toda la verdad el 26 de julio (día de la primera audición en el citado caso de espionaje). Y hay razones para imaginar que tampoco dijeron toda la verdad el 13 de septiembre (fecha de la segunda y definitiva vista), lo que complica las cosas', advirtió Mosley.

Un aviso cuyo destinatario directo es el MP4/23, nombre del bólido que prepara McLaren para la temporada 2008. Amén de sancionar a la escudería británica con la pérdida de todos los puntos del Mundial de constructores y una multa de 100 millones de dólares, la FIA le anunció que, en aras a evitar que utilizase la información sustraída a Ferrari para mejorar el coche de 2008, éste sería revisado.

De hecho, el pasado viernes la FIA había fijado el 14 de febrero como fecha para ese examen. Veinticuatro horas más tarde, las palabras de Mosley, ayer, auguran una exigencia máxima en dicha revisión técnica.

Sin tiempo para reaccionar

El problema al que se enfrenta McLaren es la premura de tiempo. Su intención es presentar el nuevo MP4/23 durante la primera quincena de enero. De hecho, pretende acudir con él a los entrenamientos que se celebrarán del 14 al 16 de enero en Jerez para realizar los primeros reglajes en pista.

Cualquier anomalía que la FIA encontrara en el vehículo, y mucho más un posible veto a su utilización supondría un contratiempo de difícil solución. Sobre todo, por la falta de tiempo para reaccionar toda vez que el campeonato 2008 arranca el 16 de marzo en Australia.Un enorme perjuicio al que contribuye también el cambio de significativas normas técnicas, difíciles de improvisar con garantía de éxito en menos de un mes. Es el caso del control de tracción electrónico, usado en 2007 y que desaparece en el próximo curso.

McLaren ha aplicado esa novedad al coche de 2007 durante los entrenamientos de esta semana en Jerez, y lo cierto es que los tres pilotos que se subieron al bólido, Hamilton, De la Rosa y Paffett, marcaron muy buenos tiempos en relación con el resto de escuderías, que también pusieron en pista los bólidos sin evolucionar.Sin embargo, el 16 de marzo los equipos grandes harán rugir en el asfalto de Albert Park los motores de sus modelos evolucionados y perfectamente ajustados a las nuevas normas. Las opciones de McLaren al título caerían en picado con un coche antiguo o con el nuevo modificado sobre la marcha y a requerimiento de la FIA.

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