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Meca: "Lloré en el agua y llegué a temer por la integridad de mi equipo"

El nadador ya ha salido del hospital tras pasar la noche en observación por el esfuerzo en su triple cruce por el Estrecho

AGENCIAS

El nadador español David Meca reconoció al salir del Hospital de Ceuta, donde pasó la noche en observación después de que ayer lograra cruzar el Estrecho de Gibraltar a nado en tres ocasiones, que llegó a llorar en el agua y que incluso temió 'por la integridad' del equipo que le acompañaba en el reto.

'Las olas eran muy fuertes y me tuvieron que sacar por lo que lloré en el agua y temí por la integridad de mi equipo, pero me volví a lanzar al mar después de vivir unos momentos de desesperación', explicó el nadador catalán en una rueda de prensa concedida en el Palacio Autonómico de Ceuta.

Además, Meca reveló que en la tercera etapa de su travesía, en la que más problemas tuvo debido al fuerte oleaje y a la gran fatiga acumulada, que sufrió 'un golpe grave con una de las zodiac' y que vio a la gente de su equipo 'llorar de miedo'.

Asimismo, el nadador de Sabadell desveló que cuando llegó al Hospital de Ceuta, donde pasó toda la noche ingresado en observación como consecuencia del estado de agotamiento que sufría el deportista, lo primero que hizo fue pedir 'un roscón de Reyes debido a que tenía los índices de glucosa muy bajos'.

Un reto más a su colección

David Meca es todo un especialista en batir todo tipo de retos, con los que comenzó tras su suspensión por dopaje, por nandrolona para demostrar su inocencia. Meca cruzó a nado y con grilletes la isla que alberga la prisión de Alcatraz con la bahía de San Francisco; también nadó entre tiburones blancos en el mar Indico bajo la vigilancia de francotiradores.

Ahí no queda el currículum del español que también se enfrentó a pirañas en el río Paraná de Argentina; rozó la muerte en el Lago Ness y no por culpa del supuesto monstruo, sino por una importante hipotermia; se introdujo en un Nilo de aguas putrefactas, bien cargado de cocodrilos y con temibles microbios venenosos escondidos en la arena que son capaces de reproducirse en la piel del nadador. Algo descomunal para este catalán de familia andaluza, que ha vuelto a entrar en la historia.

 

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