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Por siempre, Pinturiccio

El Bernabéu ovaciona a Del Piero, que castiga al Madrid con un partido soberbio en el que marca dos golazos y explica el por qué de su supervivencia en un fútbol tan exigente como el italiano

LADISLAO JAVIER MOÑINO

A sus 34 años Del Piero explicó ayer en el Bernabéu el por qué de su supervivencia el calcio, que con sus rigores debería serle hostil y, sin embargo, le consiente y le ha permitido hacer una carrera envidiable. No da un paso de más. Pone de cara de velocidad cuando inicia una contra y avanza muy poco. Ha perdido toda explosividad y sin embargo gobierna el juego cuando quiere y cómo quiere.

Su secreto es la pelota, la cabeza y su cuerpo. Su ensanchada silueta y sus andares, que rozan el pasotismo, encajarían con un diez pasado de años, de esos que deambulan por la Segunda B o por la regional. Peloteros exquisitos que un día fueron alguien y en el final de sus días sólo están para sacar córners y faltas. Y les gusta, porque en esos toques delicados se descubre que un día fueron alguien. El balón gira sobre sí mismo y describe curvas perfectas para caer en el sitio exacto. La mayoría de los equipos italianos suelen admitir un jugador de las características de Del Piero como mucho. El resto son destajistas de la táctica, del robo o de las segundas jugadas.

En ese clima tan adverso ha sobrevivido el capitán de la Juve. Fue el heredero de Baggio y ahí sigue. Le ha superado en el tiempo y en el palmarés. Ha soportado seleccionadores que le han cuestionado, pero que al final echaron mano de él, rendidos por la presión popular y a su fútbol sibilino.

Cuando juega Italia y anuncian su nombre o calienta, los tifosi hacen sonar tambores de samba en homenaje a él. Al país de la táctica y el fútbol científico, Del Piero lo engatusa con su técnica y desde el balón. Y mata, sobre todo si le dejan hacer como hizo el centro del campo y los centrales del Madrid. Le permitieron que avanzara, que levantara la cabeza y que se perfilara para ejecutar. Casillas se dejó el costillar en la estirada, pero el tiro salió dañino desde la media luna. Raso, ajustado. Al rincón que dice que allí mandó a dormir la pelota un superdotado. Un jugador al que el fútbol y el balón pueden darle las gracias por haberle conocido.

Esa relación que tiene con el cuero Del Piero no la tiene Drenthe. Salió por el multilesiones Robben y se le aprecia que no tiene sensibilidad de Bernabéu, que no es otra cosa que la pelota le haga caso. En el inicio del partido se plantó dos veces en el lateral del área. No había nadie que le molestara y sacó dos centros pasados a ninguna parte.

En esos globos sin criterio se han perdido muchos jugadores y Drenthe deberá dirigirlos si quiere hacer carrera en el Bernabéu. Fue sustituido por Higuaín y abucheado por parte de la grada. Las rotaciones se cuestionan cuando los que quedan fuera son los jugadores más en forma. Al personal le cuesta entender que en un partido de esa altura Higuaín no estuviera desde el inicio. Peleado con la pelota también se vio a Ramos. Denota nerviosismo en cada acción que emprende. Se sabe observado y la situación le supera. Tuvo una ocasión para reconciliarse cuando estuvo a dos metros de la portería echó el balón por encima.

Fue la mejor ocasión del Madrid, que siguió asistiendo a la lección de Del Piero. Tocaba de primera y se iba, con su trote de jubilado, pero con sus intenciones de asesino silencioso. Protegía el balón con el cuerpo, lo daba y su equipo salía limpio. Una delicia. Como la comba que colocó en la falta y a la que Casillas tuvo el privilegio de asistir como espectador hierático. Se despidió como un tenor. Agradeciendo los aplausos con reverencias. Hasta Maradona se puso en pie. Por siempre, Pinturiccio-

0 - Real Madrid: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze (Saviola, m.81), Marcelo; Diarra, Guti, Sneijder (Higuaín, m.64); Drenthe, Raúl y Van Nistelrooy (Van der Vaart, m.81).

2 - Juventus: Manninger; Mellberg, Legrottaglie, Chiellini, Molinaro; Marchionni, Sissoko, Tiago, Nedved; Del Piero (De Ceglie, m.91) y Amauri (Iaquinta, m.82).

Goles: 0-1, m.17: Del Piero. 0-2, m.67: Del Piero. Arbitro: Pieter Vink (HOL). Mostró cartulinas amarillas a Drenthe (30), Guti (35) y Van Nistelrooy (50) por el Real Madrid, y a Sissoko (27), Legrottaglie (34) y Mellberg (77) por el Juventus.

Incidencias: encuentro correspondiente a la cuarta jornada de Liga de Campeones, Grupo H, disputado en el estadio Santiago Bernabéu ante la presencia de 79.000 espectadores. Presenció el partido en el palco de honor Diego Armando Maradona, nuevo seleccioador de Argentina, y Carlos Bilardo, ayudante técnico. 

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