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La caza del tobillo de Messi

Leo sale ileso de la ráfaga de faltas del clásico. El argentino, el jugador del Barça que más recibe, cobró ante el Madrid más que nunca

RUT VILAR / HUGO JIMÉNEZ

'No han parado de darle patadas a Guti y, en cambio, expulsa a Sergio Ramos, que ni ha tocado al otro'. 1 de octubre de 2006, Fabio Capello, entonces entrenador del Real Madrid, respondía con indignación a las preguntas de los periodistas tras el derbi contra el Atlético. El otro era Fernando Torres y, como denunciaba el técnico italiano, los jugadores de Javier Aguirre habían saltaron al césped del Bernabéu con una consigna clara: parar a Guti como fuera.

El canterano fue objeto de las siete primeras faltas del partido. Ese día, Undiano, el árbitro, enseñó cinco tarjetas amarillas a los rojiblancos. Todas ellas, según el acta, por 'zancadillear a un contrario', al 14 madridista.

El pasado sábado, la historia se repitió en el Camp Nou, con Messi como objetivo y con Guti, pardójicamente, entre los infractores. El delantero argentino recibió seis duras faltas, todas ellas en el primer tiempo. 'No había instrucciones de pegar a Messi apuntan desde el vestuario del Madrid, sólo de doblar el marcaje'. Por ello, Metzelder, Sneijder, Drenthe e, incluso, Gago salieron a menudo en auxilio de Sergio Ramos.

'No tengo la menor duda de que son lances del juego y de que no hubo mala intención por parte de los jugadores del Madrid sostuvo Pep Guardiola tras el encuentro, pero al inicio hubo tres faltas muy peligrosas, con las que podrían haberle hecho mucho daño', abundó el técnico en un indulgente discurso. Antes, desde el banquillo, se había desesperado por la permisividad arbitral. 'Otra, otra, otra...', repetía Guardiola gesticulando. El árbitro le amonestó verbalmente por comentarle '¿Qué quieres, que lo cambie?'.

En el primer minuto, Guti puso la pierna y derribó a La Pulga, que se fue al suelo. En el 5, Ramos le obstruyó con el brazo y Messi besó de nuevo al césped. Las dos siguientes faltas fueron espeluznantes: Sneijder y Gago le dejaron marcados los tacos en el tobillo izquierdo. A la media hora, Sergio Ramos le buscó la pierna de apoyo y Medina enseñó entonces la primera tarjeta amarilla. La segunda fue para Drenthe, a pocos minutos para el descanso. El holandés también castigó el tobillo del 10 del Barça. A partir de ahí, se acabaron las faltas. Intimidación anunciada y conseguida.

'Venían a pararlo como fuera', denunció Alves. Mientras, Juande Ramos excusaba a sus jugadores: 'Messi es un futbolista que lleva siempre el balón pegado al pie y en las entradas hay más contacto que con otro que juega a uno o dos toques, pero no creo que haya habido agresividad'. Sus jugadores señalan la intensa lluvia como un factor que agravó las entradas.

Johan Cruyff, desde las páginas de El Periódico, azuzaba este lunes al delantero barcelonista: 'A Messi le cosieron a patadas y él se lo buscó. Si recibe en el centro del campo, le molerán a palos. Si lo hace cerca del área, la falta es una opción de gol por tiro directo. O penalti si es en el área', proseguía el ex técnico holandés.

Messi, con seis, fue el jugador que más faltas recibió durante el clásico, más que en ningún otro partido en que lo que va de Liga, a pesar de que al Madrid le sancionaron con más faltas contra el Getafe o el Valladolid. El dato reafirma la estadística según la cual el delantero argentino es el azulgrana objeto de más faltas en la Liga, una cada 27 minutos, para un total de 41. Con 28 faltas recibidas, Xavi y Busquets le siguen a mucha distancia. Curiosamente, sobre Etoo, otro de los delanteros habituales en el equipo de Guardiola, sólo han pitado 11 (una cada 105 minutos).

Para marcar a Messi, Juande eligió a Sergio Ramos, uno de los jugadores más sucios de su equipo, aunque sea Van der Vaart quien más faltas comete en el conjunto blanco. Ramos y Gago se reparten la segunda y tercera posición. El Madrid suma 247 faltas en Liga, mientras que el Barça ha cometido 204 hasta el momento.

'Bien; dolorido, pero bien', dijo Messi al abandonar el Camp Nou el sábado. Más allá de las patadas, el argentino se marchaba contento por el gol y por la victoria de su equipo. 'No pasa nada; parecía que no me dejaban poner en pie', constató La Pulga. 'Pero la impotencia de ver que te dan tanto se va con el gol y con la victoria', abundó el argentino.

No hubo manera de sacarle ningún reproche. '¿Cabreado por las faltas? No, contento por los tres puntos', aseguró. Aunque sí reconoció que recibió 'alguna falta demasiado dura, como los pisotones. Pero son cosas del fútbol y en ningún momento me sacó del partido', concluyó.

'Messi es la guinda en este equipo', le piropeó Guardiola. Pero la noche del sábado el Madrid casi deja al Barça sin la cereza del pastel. ¿Casualidad o plan premeditado?

 

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