La prensa sensacionalista inglesa insiste en el precario momento que vive el español Rafa Benítez en el banquillo del Liverpool, lejos de contar con el apoyo de los dueños del club, los norteamericanos Tom Hicks y George Gillett. Los medios ingleses creen que la cúpula del Liverpool se ha acabado cansando de las demandas de Benítez.

El pasado viernes Tom Hicks realizó unas declaraciones que no le sentaron bien al entrenador madrileño. 'Deja de hablar de nuevos jugadores y entrena a los que tenemos', afirmó el estadounidense.

Tras bromear con la posibilidad de entrenar a la selección inglesa, Benítez mandó otro recado a los copropietarios el sábado tras ganar al Newcastle (0-3). 'Deben comprender lo complicado que es fichar jugadores. Yo trataba de explicárselo', explicó Benítez, que dejó claro que él quiere -lo mismo que ellos- lo mejor para el equipo.

Este lunes, según The Sun , el puesto de Benítez pende de un hilo después de su arrebato del fin de semana y apoyado en el argumento de que Hicks y Gillett ignoraron la oportunidad de respaldar a Benítez en un comunicado conjunto.

Los dueños de Anfield, acostumbrados a apoyar al madrileño en otras situaciones, emitieron un comunicado con un mensaje lacónico: 'A pesar de las especulaciones, no hay nada nuevo que decir'. Después de explicar que llegan dos semanas repletas de partidos clave, añadieron: 'Ambos, juntos al Director Ejecutivo, Rick Parry, tenemos previsto reunirnos con Rafa a mediados de diciembre para tomar las decisiones necesarias sobre el equipo'.

Según este sensacionalista, los magnates norteamericanos han perdido la fe su entrenador y sólo se prevé un cambio radical de la situación en el caso de que Benítez se disculpara públicamente. El dominical News of the World reincidió en este hecho al afirmar que Benítez podría ser sustituido por el portugués José Mourinho, ex entrenador del Chelsea.

Sin embargo, el Sun recuerda que Mourinho no puede asumir un cargo en la 'Premier League' esta temporada, debido a una cláusula en su contrato de rescisión con el Chelsea. Además, comprende este tabloide, los dueños del Liverpool no son ajenos a la reputación del técnico portugués, demasiado acostumbrado a pensar en voz alta.