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Eficacia y sacrificio contra alegría y recursos

LA OTRA MIRADA. El líder de la oposición, gran aficionado al fútbol, escribe para ‘Público’

MARIANO RAJOY

El Santiago Bernabéu -y, por extensión, millones de hogares en toda España- se dispone a vivir una de esas noches mágicas de fútbol, esas con las que se van forjando la afición a un deporte espectacular y la pasión por unos determinados colores. Todos estamos preparados para una noche grande de fútbol. A falta de cinco jornadas para que concluya la Liga, el Real Madrid ha conseguido lo que parecía imposible: estar en condiciones de disputarle el título al mejor equipo de la presente temporada no sólo en nuestro país, sino en todo el continente.

El Barcelona se planta en Madrid con una hoja de servicios difícilmente mejorable; ha practicado un fútbol que enamora a los propios y produce la envidia de los rivales, un fútbol que crea afición y que recordarán dentro de muchos años los chavales que hoy coleccionan cromos de Messi o Etoo. Sin lugar a dudas, estamos asistiendo a la mejor temporada del Barça, que afronta el mes de mayo con opciones de lograr el triplete (Liga, Champions y Copa del Rey). El Barcelona se ha convertido en un equipo temible y está ante una oportunidad única de hacer historia.

Pero el balance del anfitrión no desmerece a su rival: el Real Madrid lleva 18 jornadas consecutivas sin perder. Precisamente, su última derrota se produjo en la primera vuelta en el Camp Nou. Con 17 victorias y un solo empate, es natural que el ánimo de los madridistas esté por las nubes. Los dos tropiezos consecutivos del Barcelona -Valencia, en Liga, y Chelsea, en Champions-, unidos al cansancio acumulado durante todo el año, pueden ser determinantes ante el partido de hoy. El Real Madrid ya sabe lo que es alzarse con el título en la última jornada y cuenta con la baza de un estadio que será una auténtica olla a presión.

Si gana el Barça, la Liga quedaría prácticamente vista para sentencia. Pero mi pronóstico es una victoria del Real Madrid que facilite justo lo contrario. Si ganan los blancos, la Liga sigue viva, las posibilidades de ambos equipos se mantienen intactas y los aficionados disfrutaremos de cuatro jornadas más de fútbol emocionante. El duelo se prolongaría y con él, el espectáculo.

Se enfrentan dos estilos de juego distintos, la eficacia y el espíritu de sacrificio de los pupilos de Juande Ramos contra un equipo -el de Josep Guardiola- que practica un fútbol alegre, ofensivo y con interminables recursos. Sea cual sea el resultado, lo único seguro en estas horas previas es que vamos vivir un gran partido, de intensidad y espero que con muchos goles. Talento hay de sobra para ello.

Disfrutemos del espectáculo. Pase lo que pase esta noche, gana el fútbol.

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