'Donde nos llevó la imaginación, donde con los ojos cerrados se divisan infinitos campos, donde se creó la primera luz, germinó la semilla del cielo azul volveré a ese lugar donde nací. El sitio de mi recreo'. En ese lugar tan onírico que describió Antonio Vega se ha trasladado el Real Madrid a la espera de tiempos más luminosos. Acabó la liga aquella noche en la que Barcelona desnudó todas sus deficiencias, se cerró un ciclo en el momento que se sintió un equipo menor ante el Liverpool.

Una llama sostuvo un frágil castillo de naipes. El acecho de los blancos al título ha sido todo cuestión de fe y matemáticas. El Madrid creyó en algo que no se veía, sólo los números daban razón de ser a una epopeya más mitológica que real. Ya no quedan ni fuerzas ni ganas para llegar hasta la jornada 38. Tiene su gracia este final de liga, el Barcelona se ha proclamado campeón de liga sin jugar. Sin rival que echarse a la boca. Ha sido la última concesión de un equipo, que hace un año era campeón.

A Sabina le robaron abril, al Real Madrid mayo. En el mes en el que se deciden los campeonatos, los merengues ya han hecho las maletas y el inventario. El sábado pasado se encontró con un Valencia enganchado, ayer se topó con un Villarreal al que se le atraganta este final de temporada. La ausencia de Marcos Senna ha dejado sin abrigo y sin equilibrio a los amarillos. Es un equipo quebrado, la mitad defiende; la otra mitad ataca. Por tanto, los levantinos se han presentado en este tramo final de la liga sin espinal dorsal. Todavía su latigazo es peligroso, como ya demostró en el Nou Camp, pero tiene dificultades para aguantar el ritmo de los partidos.

La entrada en el segundo tiempo de Bruno devolvió el equilibrio para que el Villarreal demostrara que sí que se está jugando algo grande todavía. Sin argumentos para elaborar el juego, ambos equipos jugaron de área a área y tiro porque me toca. Así empezó el encuentro, rápido, vivo con ocasiones en las dos porterías. Pegó primero el Villarreal con un gran centro de Ibagaza para el mejor remate de cabeza de Pirés.

El Madrid sesteaba. Sólo a Raúl pareció importarle lo que pasaba ayer en el Madrigal. Fue el único que se paró con el compañero a dar instrucciones, que le protestó al árbitro una falta. Los demás pues a verlas venir. Anduvo también Robben, empeñado en regatear hasta el cuarto arbitro para llegar hasta la portería.

El conjunto de Juande Ramos repitió la versión inocua de Mestalla. La salida de Higuaín al descanso fue la vitamina que hizo reaccionar a los blancos. El argentino ha sido el bastón del equipo en muchos fines de semanas. Ayer le cambió la cara en un minuto. Tocó un envío de Torres para dejar sólo a Van de Vaart ante la portería. De las pocas conclusiones buenas que saca el Madrid de esta temporada es el rendimiento del joven delantero.

Llegó, entonces, el momento entrenador. No es Pellegrini un tipo miope. Tiene buena lectura de los partidos, comprendió que el equipo se ahogaba, necesitaba una percha para aguantar el dibujo. Apareció Bruno en el campo y el Villarreal fue otra cosa. El Madrid se arrugó ante este segundo empujón, ya no está para esos trotes. Sólo Higuaín fue capaz de responder. Pero en este Real Madrid ya parece que hasta Iker Casillas ha perdido su santidad.

Villarreal (3): Diego López; Javi Venta, Godín, Gonzalo Capdevila; Pirés (Mati Fernández m. 82), Eguren; Cani, Ibagaza (Bruno m. 51); Llorente (Nihat m. 71) y Rossi.

Real Madrid (2): Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Heinze, Miguel Torres (Drenthe m. 73); Lass, Javi García; Robben, Van der Vaart (Parejo m. 73); Raúl y Huntelaar (Higuaín m. 46)

Goles: 1-0. M. 16. Gran centro de Ibagaza desde la izquierda que remata de cabeza Pires. 1-1. M. 46. Centro de Torres desde la izquierda, toca Higuaín y Van der Vaart marca a puerta vacía. 2-1. M. 62. Remate de Cani a romper dentro de área que supera a Casillas.. 2-2. M. 88. Higuaín marca en posición clara de fuera de juego.. 3-2 M. 90. Capdevilla marca en un error de Casillas.

Árbitro: Medina. Amonestó a Sergio Ramos. Capdevilla., Raúl y Javi García.

El Madrigal: 23.000 espectadores.