Público
Público

Florentino promete ética y talento

Arropado por cientos de invitados, impone de nuevo el 'código de conducta' para los directivos

ÁNGEL LUIS MENÉNDEZ

Solo y solemne, Florentino Pérez tomó ayer posesión como presidente del Real Madrid en una puesta de escena que describe sin palabras la situación de la entidad. De pie en el centro del palco de honor del Bernabéu, con cientos de invitados ante sus ojos y con el césped del coliseo madridista a su espalda, acechándole con un mudo grito de orfandad. Hierba seca y vacía, con una sola portería, la del fondo sur, desnuda y maltrecha, sin red, a punto de ser desmontada. Como el club al que ayer regresó Florentino.

“Llegamos con toda la humildad del mundo, conscientes de que tendremos que superar grandes obstáculos. El camino estará repleto de contratiempos, pero estamos aquí con la pasión y las ideas necesarias para superar las enormes dificultades de este complejísimo momento”, reconoció Pérez. Apenas un metro a su derecha, Alfredo di Stéfano, presidente de honor y leyenda blanca, escucha sentado en un taburete y apoyado en su inseparable bastón al hombre que ya dirigió la entidad de 2000 a 2006.

Pérez promete “trabajar con entrega, serenidad y paciencia” e insiste en dos conceptos repetidos un par de veces en sus escasos seis minutos de alocución: “talento y ética”.

Florentino es consciente de que su retorno, su triunfo electoral sin oponentes, es fruto del deterioro institucional creciente nacido tras su espantada, en febrero de 2006. “Hemos vivido un tiempo de confusión, pero hoy también quiero aprovechar para recordar que a lo largo de nuestra historia llegamos más lejos cuando más unidos estuvimos”, arengó.

“El Real Madrid debe ser una institución de comportamientos impecables. Eso le ha hecho grande. El Real Madrid no debe olvidar de dónde procede y tener muy claro a dónde va. Nosotros sabemos cómo afrontar este nuevo desafío de transformación y modernización que el club necesita”, insistió. Y minutos después lo ratificó por escrito, cuando en la primera reunión de la junta directiva se aprobó el “compromiso de conducta” de todos sus miembros.

Según reza dicho documento, los directivos entienden que “deben autoimponerse la más estricta y absoluta incompatibilidad para contratar con el club”. Y añade: “Esta incompatibilidad tiene que extenderse a su parientes más cercanos y a las sociedades de aquellos o éstos”.

Acompañado por su esposa, el presidente blanco llegó al estadio catorce minutos antes de la cita, prevista para las 13:00. Arropado por familiares y amigos, rodeado de sus directivos y acosado por decenas de cámaras, Florentino exhibió en su primer acto público todo su poderío.

No faltó casi nadie. Acudieron, entre otros, el alcalde de Madrid, la mayoría de popes de la prensa deportiva, ex futbolistas del Madrid, empresarios y los otros dos presidentes madrileños de Primera, Enrique Cerezo (Atlético) y Ángel Torres (Getafe), invitados personalmente al acto por Florentino el domingo por la noche.

Tras una breve presentación y despedida por parte de Vicente Boluda, hasta ayer presidente e imputado por el fraude de la Asamblea, todos escucharon ensimismados el mensaje de Florentino: “Quiero decirles a los aficionados que vamos a dedicar nuestro esfuerzo a construir un equipo espectacular con grandes jugadores, ejemplares, dentro y fuera del terreno de juego. Un club donde la ética sea indestructible y donde la solidaridad será un referente básico de comportamiento”.

Sólo Di Stefano pareció ajeno a la ceremoniosidad del momento. “Y si la pelota no entra, ¿qué?”, se preguntó.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias