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Los médicos sospechan que el corazón de Antonio Puerta no estaba dañado

Fuentes médicas indican que el corazón del jugador sevillista no mostraba en la autopsia las lesiones habituales de las miocardiopatías arritmogénicas, como se pensó en un principio

IGNACIO ROMO / MADRID

Displasia arritmogénica del ventrículo derecho. Palabras complejas, lenguaje médico, cardiológico. Ése fue el diagnóstico atribuido de forma oficial como causa del fallecimiento de Antonio Puerta. Se trataba tan sólo de un diagnóstico probable, asignado en función de las circunstancias del fallecimiento, de los antecedentes del jugador y de la estadística médica.

Es lo que en medicina se denomina diagnóstico de presunción. En su día sirvió para poner un adjetivo a la muerte de Puerta, una explicación urgente. Pero se trata de un adjetivo que aún no ha sido confirmado por los resultados de la autopsia.

Fuentes médicas afirman que dicha autopsia (o necropsia, como se la conoce con más propiedad en términos médicos) mostraba un corazón sin las alteraciones propias de las miocardiopatías. ¿Estaríamos ante un corazón completamente normal? ¿se podría descartar el corazón como la causa de su fallecimiento?

Necropsia

Las necropsias se componen de dos partes. La macro (como se denomina en la jerga forense) es la parte macroscópica, es decir, la que consiste en el examen visual del órgano. En esta primera fase de la autopsia, según fuentes médicas, el corazón de Puerta no mostró ningún tipo de anomalías a la inspección ... anomalías que sí se ven a simple vista en las miocardiopatías arritmogénicas.

En estos casos lo esperable es que aparezca una invasión de tejido graso en el corazón. Se trata de grasa que va sustituyendo a las fibras musculares (el miocardio es un músculo) del ventrículo, la cavidad del corazón que bombea la sangre. En la necropsia del sevillista, el corazón no mostró invasión patológica, no había sustitución de músculo por grasa. El aspecto del corazón era totalmente normal.

La segunda parte de una necropsia es el análisis microscópico de los tejidos. Se trata de tomar muestras para que sean analizadas después por los especialistas en Anatomía Patológica. Estos patólogos practican entonces cortes a las muestras, los estudian al microscopio y reflejan los hallazgos en el informe de la autopsia. Esta parte, fundamental para saber qué pasó, se desconoce porque, tres semanas después, aún no se ha hecho público.

Los cardiólogos del deporte necesitan conocer este informe de la necropsia, que sigue sin darse a la luz, al contrario de lo que ocurrió con el fallecimiento del corredor de maratón Diego García. Para la comunidad científica, esta información es decisiva con vistas a conocer con exactitud cuál era la patología de Puerta y cómo se pueden prevenir este tipo de patologías en el futuro. Al jugador del Sevilla se le sometió a pruebas cardiológicas muy exhaustivas y llevadas a cabo por dos grupos de prestigio, el Centro de Alto Rendimiento de La Cartuja, en Sevilla y el equipo de la clínica FREMAP.

Nuevas hipótesis

El fallecimiento de Puerta, por tanto, podría tener un origen diferente al que se explicó en un principio e incluso una causa ajena a su corazón. Fuentes médicas indican ahora que, en el caso de que el análisis al microscopio del tejido cardiaco tampoco mostrara ningún tipo de alteración, el diagnóstico del fallecimiento cambiaría de rumbo de forma drástica. En el caso de que el corazón no fuera el origen de la muerte, existirían otras posibilidades. El hecho de que Puerta no consiguiera salir del coma podría descartar la parada cardiaca como causa original.

Entre las hipótesis que ganarían enteros en el caso de que se descartara definitivamente el primer diagnóstico, los expertos comienzan a considerar la teoría de que Puerta falleciera por un infarto cerebral, originado por una embolia. La obstrucción de un vaso sanguíneo del cerebro sería muy compatible con la forma en que se produjeron sus desmayos y su evolución posterior. Ya no estaríamos hablando de una muerte tras una parada del corazón por arritmia (alteración de los latidos) sino de un fallecimiento por obstrucción de los vasos que irrigan el cerebro.

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