Público
Público

El Madrid se enroca en la defensa de Cristiano

El club insiste en que su jugador es víctima de una campaña para provocarlo y no ve un solo motivo de reproche al luso. 'No habrá castigo interno; al contrario, el portugués merece una medalla', dice un directivo

H.JIMÉNEZ / G.CABEZA

Un día después de la segunda expulsión de Cristiano, del último borrón en el currículo del futbolista mejor pagado del planeta, el Madrid insistió deliberadamente en su defensa. Desde cada rincón del club salió un mismo discurso con el que se trató de vender al portugués más como víctima que como villano. Ni en público ni en privado, ni siquiera al oído del propio jugador, se escuchó un solo reproche del Madrid hacia CR9. La consigna es no ofender a la máxima estrella. Y evitar en lo posible un castigo federativo.

Desde el Madrid se acudió a los más variopintos argumentos para disculpar a Cristiano. Que si Mtiliga es bajo, que si mejor tratar de deshacerse de un rival a tirarse como hacen otros, que si hay una conspiración de los rivales para sacarle de quicio (circunstancia a la que durante la semana pasada, tras los incidentes en San Mamés, quitaron importancia), que si hay que proteger a los futbolistas que dan espectáculo, que si los árbitros... Incluso un directivo llegó a afirmar ayer: 'De ninguna manera el jugador va a recibir una sanción interna. ¿Por qué? Habría que darle una medalla por lo que aguanta'.

Cristiano también llegó lejos en su alegato. Nada más concluir el encuentro, se disculpó ante Mtiliga, pero calificó su expulsión de 'vergüenza' y despreció el conocimiento futbolístico de aquellos que descalificaron su acción. 'Sé que me buscan las cosquillas', declaró, 'pero yo no hago nada malo'. El luso, según sus íntimos, pasó ayer uno de sus peores días desde que es jugador blanco. Varias miembros del club, entre ellos Florentino Pérez, le trasmitieron su confianza. Dio igual. Cristiano está convencido de que sufre una campaña. 'Van a por mí', comenta.

'Sé que me buscan las cosquillas', dice Cristiano, 'pero yo no hago nada malo'

'Yo fui delantero', afirmó Miguel Pardeza, director de fútbol del Madrid. 'A mí también me agarraban y me intentaban dar patadas y yo alguna vez también braceé para zafarme de la presión. Por su fuerza física, Cristiano hizo más daño y tuvo la mala suerte de darle en la cara. El fútbol es un juego en el que la gente busca ventaja física y psicológica, y con el portugués lo hacen a menudo. Por su vehemencia al afrontar el juego, le buscan más'.

Pardeza dejó claro de forma oficial que el club no se plantea sancionar o reprender al futbolista por su gesto. Aunque sí reconoció que, tras su primera expulsión frente al Almería y más en plan didáctico que represivo, hablaron con el jugador. 'Se habló con él, es una persona con capacidad autocrítica y sabe pedir perdón'.

El vestuario también apoya a Cristiano. Y coincide en denunciar que los rivales buscan constantemente la provocación. No fue tan encendida su defensa a propósito de la agresión. Pellegrini se cubrió: 'No la pude ver desde mi posición; es lamentable que haya pasado, es una gran pérdida'. 'Si el árbitro lo ha expulsado, por algo será', dijo Sergio Ramos en tono conciliador.

'Si el árbitro lo ha expulsado, por algo será'

El Madrid, enrocado en su defensa a su futbolista bandera, no ve un agravante en el hecho de que las expulsiones de Cristiano, sus reacciones agresivas, se produzcan en momentos en los que la tensión no es excesiva y los partidos ya están resueltos. Y encima en casa. Así ocurrió frente al Almería y se repitió contra el Málaga.

Pero al Madrid le da igual. Cristiano tiene licencia para todo. Y hasta la afición le ovaciona tras sus rojas.

Competición se reúne esta tarde. La agresión de Cristiano será juzgada y el Madrid no parece dispuesto a admitir un castigo. “Sería indignante que lo sancionaran –asegura categórico un directivo blanco–; incluso un solo partido sería una barbaridad. En las imágenes queda patente que no hay intencionalidad”. Si hubiera castigo, el club recurrirá.

“Esperaremos a ver la sanción y si se sale de lo que creemos lógico, actuaremos”

Pérez Lasa, el árbitro del domingó, escribió en el acta que expulsó al madridista “por golpear con el brazo en la cara a un jugador contrario provocándole una hemorragia nasal, teniendo que ser sustituido”. Cristiano le rompió la nariz a Mtiliga, quien estará de baja una semana como mínimo. En virtud de lo estipulado por los artículos 98 y 117 del régimen disciplinario de la Federación Española, la sanción oscilará entre uno y tres partidos. Sólo en el caso de que la acción sea considerada “grave”, la pena puede alcanzar la cifra de cuatro o más encuentros de suspensión, algo improbable toda vez que fue un lance de juego, con el balón de por medio.

Cristiano, además, no puede ser considerado reincidente por juego agresivo, ya que su otra expulsión, contra el Almería, no fue por roja directa sino por dos amarillas. En aquel encuentro, la segunda cartulina fue, según el acta, “por derribar a un contrario sin estar el balón a distancia de ser jugado”.

“Esperaremos a ver la sanción y si se sale de lo que creemos lógico, actuaremos”, anuncia Miguel Pardeza, director de fútbol blanco.  Menos diplomático se muestra otro directivo: “Lógicamente, no podemos hacer nada hasta que conozcamos la sanción, si es que la hay. Pero si el Comité castiga al jugador, recurriremos. Y lo haremos con todas las consecuencias”. 

Cristiano llegó al Madrid con el cartel de jugador supersónico y el precio más elevado del planeta: 96 millones de euros. En media temporada, el luso suma 15 tantos entre todas las competiciones y unas cuantas maniobras deliciosas. Pero también enseña borrones: dos expulsiones y cuatro gestos de dudoso gusto que le abrieron las puertas de la crítica. Pero ningún reproche por parte del club.

Retiró el saludo a Pellegrini
26 de septiembre. Real Madrid-Tenerife (3-0). Cristiano fue cambiado a los 79 minutos. Al cruzarse con su entrenador, Pellegrini, le retira el saludo. Mientras se marcha al túnel de vestuarios, le da con rabia un puntapié a un balón que había en la banda. El club no vio motivos para llamarle la atención.

No celebró un gol de Benzema
5 de diciembre. Real Madrid-Almería. M. 82. Con 2-2, Cristiano falla un penalti. El rechace lo aprovecha su compañero Benzema para marcar. Cristiano no celebra el gol junto a sus compañeros. Al contrario, abandona el área con mala cara. El gol no lleva su firma. “Es fruto de su ambición”, le disculpó el club.

Amarilla gratuita
5 de diciembre. Mismo partido. Minuto 84. Cristiano al fin marca su gol, a puerta vacía. No es decisivo. 4-2. Sí lo celebra, pero quitándose la camiseta. Amarilla. No había tensión. El club insiste: “Es un ganador”.

Primera expulsión
5 de diciembre. Minuto 88. Partido resuelto. El Almería ya no tiene nada que hacer. Cristiano conduce un balón por la banda izquierda. Ortiz le aprieta y, con la excusa del balón, le pega una patada gratuita. El portugués se revuelve y le propina, ya sin balón, otra patada a su agresor. Pellegrini le pide luego que tenga “la cabeza más fría”. Pardeza también habla con él. Ningún reproche en alto.

Amenaza a un espectador
16 de enero. San Mamés. Cristiano se revuelve contra la grada y amenaza con lanzar un balonazo a un aficionado que le increpa. Tiene broncas con Iraizoz, con Koikili, con Amorebieta. Es provocado y entra al trapo. Se repite lo sucedido en Pamplona. Hasta Iniesta, semanas antes, le manda callar tras una trifulca. El club no ve motivos de preocupación. Considera normales los climas hostiles y cómo buscan a su jugador los rivales. Ni le avisa del riesgo ni le pide calma.

Segunda roja
24 de enero. Real Madrid-Málaga. 2-0. Minuto 69. Cristiano parte la nariz a Mtiliga, que trata de frenarlo con agarrones. El club pide protección para su jugador. Ni un reproche a su acción.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?