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Federer conquista su cuarto cetro en Melbourne

El tenista refrendó su condición de número uno mundial y superó al británico Andy Murray en la final del Abierto de Australia

EUROPA PRESS

El tenista Roger Federer refrendó su condición de número uno mundial y superó al británico Andy Murray en la final del Abierto de Australia (6-3, 6-4, 7-6(11)) en un choque dominado claramente por el suizo, que sumó su cuarto cetro en el 'Grand Slam' australiano tras los que levantó en 2004, 2006 y 2007.

El suizo dominó cómodamente los dos primeros sets de la final y cortó la reacción de Murray en el tercero, sellado con un 'tie break' épico. Con esta victoria, Federer sigue alargando su liderazgo histórico en número de torneos de 'grandes' y ya acumula 16: seis en Wimbledon, cinco en Estados Unidos, cuatro en Australia y uno en Roland Garros.

Murray buscaba el primer 'Grand Slam' de su carrera y su andadura en el torneo, en el que solo había cedido un set en semifinales contra Marin Cilic, presagiaba que podía ser su oportunidad. Sin embargo, se topó con la mejor versión de Federer, esa que empequeñece a sus rivales hasta reducirlos a meras sombras.

Tras un inicio de tanteo, con un 'break' para cada contendiente y varios juegos relativamente tranquilos, Federer se agigantó en el octavo del partido, con dos 'latigazos' espectaculares que le granjearon su segunda rotura de servicio (5-3) y el primer set de la final.

Con la primer manga en el zurrón, Federer soltó la muñeca y regaló al público de Melbourne su mejor ramillete de golpes. Con un juego en blanco al resto (3-1) cobró de nuevo ventaja, alternando derechas como martillos con dejadas sublimes o abriendo ángulos inalcanzables ante la impotencia de Murray, que a pesar de todo no jugaba mal.

La mejor prueba del excepcional rendimiento de Federer en este segundo set eran los juegos en lo que sacaba el escocés, en los que sufrió un calvario. Pese a todo, Murray se las arregló para levantar hasta seis bolas de 'break', pero no pudo inquietar al resto y se encontró dos sets abajo tras menos de hora y media de partido.

Cuando todo parecía resuelto, el británico, que empezó a sufrir molestias musculares, se revolvió, decidido a alargar el desenlace de la final. El aspirante recuperó la solidez con su servicio y, decididamente enrabietado, logró un 'break' que consolidó con varios saques muy duros, poniendo la tercera manga en franquía (2-5).

Llegado este momento, Federer volvió a despertar en busca de un torneo que no ganaba desde hacía tres años, sobre todo el pasado, cuando enjuagó con lágrimas su derrota frente a Nadal. El número uno encadenó tres juegos consecutivos (5-5) y condenó el parcial a un espectacular 'tie break' final.

Murray dispuso de hasta cinco puntos de set en este desempate, pero Federer abortó todos con maestría y cerró la final en su tercer 'match ball', alargando una vez más la maldición que provoca que ningún británico gane un 'Grand Slam' desde la época del ilustre Fred Perry, que conquistó su octavo y último en 1936.

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