Público
Público

Tomic madura en el Palau

El pívot croata anula al Barça, iguala la eliminatoria y corta la racha de derrotas del Madrid ante los de Pascual

MIGUEL ALBA

Entre los espíritus que se guardan bajo las tablas de madera del Palau, Tomic encontró un modelo, cuando sus centímetros le llamaban ya a la zona en la liga croata, pero él seguía teniendo espíritu de base. Tan larguirucho como él. Sin apenas músculo. Con un baile de pies que le llevaría a dónde quisiera. Un incipiente gancho de dos metros. Y, sobre todo, con todo lo bueno y malo de su excesiva carga de juventud. Aquel Pau, en el que se fijó Tomic, empezó a madurar en el Palau en partidos como el de ayer, en el que la derrotainflige un gran sentimiento de culpa colectivo.

Derrotas que alargan el recorrido de una serie que ayer empató el Madrid. En tan solo dos partidos, la táctica de partidos de baja anotación de Messina ha cuestionado toda la grandilocuencia con la que llegó el Barça a los cuartos de final de la Euroliga. Un argumento de máximos que se ha esfumado ante la desaparición de Navarro desde el perímetro (ayer cuatro intentos sin éxito) y la baja intensidad en la creación de Ricky. Ante el atasco periférico, el libreto habitual de soluciones delBarça, sin embargo, ha dejado de funcionar. En parte, por la extrema sensibilidad del quinteto blanco en las ayudas en el baile de defensas que impone Messina. Más culpa recae en Felipe Reyes. Su afán por la lucha de cada rebote desbarata cualquier opción de contraataque de Ricky, Sada y Lakovic. Los tres palos que ayer tanteó Pascual en busca de algún resquicio que no encontró.

Porque Tomic quiso llevar el partido allí donde Pau se hizo estrella. Al choque de centímetros y kilos. A la zona, donde el Barça sobresale. Sin embargo, el croata ayer mimetizó lo que implica ser el pívot titular del Madrid en el Palau. Tomic, que quiere ser como Pau, que estudia vídeos del laker para seguir aprendiendo, completó su madurez en una zona hostil.Desde el principio, el croata se responsabilizó de anotar para construir las primeras diferencias (5-12, m. 6).

Unas ventajas que el Madrid supo administrar mientras la cuenta de dudas en el Barça no hacía más que crecer. Anulados Navarro yRicky, Pascual optó por el quinteto defensivo. El mismo que le llevó al éxito en el primer partido. Sin embargo, los de Messina sabían aguantar los recortes del Barça en el marcador sin recomponer las órdenes. El 22-22 (m. 16) exhibió al mejor Madrid, con una rotación de ataque plagada de extrapass. Esos que tanto gustan a Messina. El hombre que está decidido a llevar al Madrid a la Final Four, incluso a costa del Barcelona. La mala racha ofrece la redención en Madrid.

¿Te ha resultado interesante esta noticia?