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Sin gol y sin excusas

El modesto Levante retrata a un Madrid que, a falta de fútbol, se quedó a cero

ENRIQUE MARÍN

'Es más importante no recibir un gol que marcar cuatro'. Carvalho no pudo elegir peor día para airear el ideario de Mourinho. El Madrid visitaba el Ciutat de Valencia, feudo de un recién ascendido, con un equipo plagado de bajas y el menor presupuesto de Primera: 17 millones frente a los 450 del club que preside Florentino Pérez. Sin embargo, y como ya sucedió en Mallorca, los blancos fueron incapaces de pasar de un miserable 0-0.

Cierto que el Levante apenas inquietó a Casillas, algo que no se cortó en elogiar Mourinho, y que el dominio de los blancos fue aplastante, faltaría más. Pero esta vez las ocasiones de gol fueron menos de las habituales y el fútbol del Madrid volvió a estar muy por debajo de sus posibilidades. Más le vale a Mourinho que Xabi Alonso no se lesione, pues su aportación, lejos de ser la que debiera y para la que está capacitado, es la única que le puede llevar a ser un equipo y no dos: los seis que defienden y los cuatro que atacan.

El Madrid perdió el liderato, algo tan anecdótico como serlo a estas alturas de campeonato, pero, lo que es peor, dio otro paso atrás en esa construcción que tanto airea Mourinho. Construir un equipo mientras se ganan partidos es una ventaja, más también puede resultar engañoso si las semanas pasan y la mejoría en el juego no se es evidente. Que me quiten lo sumao, pensará el portugués, aunque después del resbalón ante el modesto Levante no hay excusas que valgan.

Xabi Alonso se multiplica, pero este Madrid es dos equipos en uno

Mourinho ya ha dejado claro que mientras su equipo esté en construcción no hará rotaciones. La ausencia de Pepe por sanción, obligó a Ramos a jugar de central. El resto, fueron los habituales, con Khedira de vuelta por Lass. Luis García, técnico granota, tiró de todo lo que tenía, con mención especial al guardameta Reina. Los retales del Levante evitaron que el Madrid les hiciera un traje, para ellos todo un triunfo.

Un rifirrafe entre Cristiano y Del Horno, que acabó con el vasco en suelo, calentó el partido. Lejos del colectivismo que Mou atribuye a su paisano, lo de CR7 es contraproducente, pues su egoísmo es contagioso. Mientras más tenga que correr Alonso, peor jugará su equipo. Xabi debe aportar pausa y criterio, no recuperaciones y sudor. El guión es sencillo de resumir: el Levante cerró bien los espacios y el Madrid no los creó. Demasiados balones largos fáciles de defender y transiciones demasiado breves y alocadas como para obligar al Levante a salir de la cueva.

Higuaín, en tiempo de prolongación, desperdició la ocasión más clara

Bastó que el Levante aflojara en la presión para que el Madrid por fin combinara con criterio. Una buena salida de balón de Xabi Alonso, que conectó con el cuentagotas Özil, generó una buena triangulación que acabó con el centro de Di María a pierna cambiada y un cabezazo de Cristiano que Reina desvió a córner con una gran estirada. Así de simple, así de excepcional.

Con el Levante envalentonado, más lejos de su área y asomándose con descaro a la de Casillas, Mourinho movió fichas. Los cambios de Di María y Özil por Pedro León y Benzema no ofrecían grandes variaciones tácticas. En todo caso, más madera a un fuego que Alonso intentaba avivar desde su posición de multiusos. Higuaín tuvo la oportunidad más clara ya en tiempo de prolongación, pero Reina estuvo más listo y el Ciutat de Valencia pudo celebrar un empate con lógico sabor a victoria.

 

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