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Un sociólogo en el Bernabéu

Mourinho se vale de la sociología para la toma de decisiones y utiliza con frecuencia su argot. Pedro León se queda otra vez fuera de la convocatoria

LADISLAO JAVIER MOÑINO

La sociología estudia el comportamiento humano en grupo y de ella se vale Mourinho para administrar sus decisiones y para expresarse. Tanto sus explicaciones como la terminología que utiliza con frecuencia son las propias de un sociólogo. 'Los equipos son organizaciones en permanente mutación', dijo. 'Estructura directiva autónoma', expresó una vez para referirse a los inquilinos de los despachos de Concha Espina. 'Yo sé lo que es una manifestación colectiva negativa', manifestó en otra ocasión para hablar de los primeros silbidos que escuchó en el Bernabéu. La palabra estructura, muy del argot sociológico, no se le cae de la boca a Mourinho. Ahora está en plena construcción de esa organización viva que es un equipo de fútbol. Y en esa tarea no admite que nadie se salga de los roles que él fija. Por eso vapuleó a Benzema, Pedro León no entró tampoco en la lista para recibir hoy al Deportivo y por eso seguirá apostando por Cristiano y por Higuaín como pareja atacante: 'Cristiano e Higuaín fueron mis primera elecciones, tengo que decirles que sigue siendo así. Es importante que sepan que su entrenador está con ellos'.

Mourinho pretende que sus jugadores tengan el sentido de pertenencia a un colectivo que tiene un objetivo común. 'Hay cosas más importantes que marcar o no marcar, principalmente en la fase de construcción de un equipo, algo que para mí es mucho más que táctico o que técnico. Cuando se estructura un equipo hay bases mas importantes que todo eso. Por eso continuarán hasta que yo quiera, no van a continuar o salir del equipo por presión de la prensa'. Esas cosas más importantes que acertar ante la portería tienen que ver con cumplir las normas que él considera innegociables: 'Cristiano es intocable porque representa lo que yo quiero: ambición, disciplina y solidaridad'.

No duda Mourinho de que ya ha conquistado al vestuario

Mourinho hizo toda una disertación de los elementos periféricos que ayudan a consolidar esa estructura sólida que busca crear bajo su incuestionable liderazgo: 'Por suerte, tengo muchos jugadores que tienen muy claro cuáles son los principios fundamentales de construcción de un equipo; porque un equipo, antes de ser un equipo de fútbol, es un equipo; después de ser un equipo se transforma en un equipo de fútbol'. Detrás de ese trabalenguas están los principios de solidaridad y disciplina que quiere imponer. Lo primero es hacer un grupo humano compacto y, después, que juegue al fútbol.

No duda Mourinho de que ya ha conquistado al vestuario por la carcajada de incredulidad que esbozó cuando fue preguntado sobre si está en la fase por la que pasa todo entrenador nuevo en la que los jugadores deciden si creen o no en sus métodos y en sus soluciones. Tampoco parece que haya dudas de que es el hombre del presidente, al contrario que Pellegrini, que se quejó amargamente en su despedida de que sólo había hablado una vez con Florentino Pérez: 'Comí el viernes con el presidente', reconoció Mourinho.

Antes de todas esas explicaciones anunció el once titular, del que, respecto al que jugó ante el Auxerre, se caen Lass y Benzema y regresan Di María y Özil. El trivote no es aconsejable en el Bernabéu. Una vez más, Mourinho traía el guión preparado. Cuando fue preguntado por el blindaje del equipo en los últimos días -'esperaba que fuera la primera pregunta'- sacó un detallado informe de los minutos de entrenamientos abiertos y de las ruedas de prensa concedidas en septiembre: '600 minutos de entrenamientos abiertos y 22 ruedas de prensa'.

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