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Toni Elías Justicia

Después de casi una década de sinsabores en el Mundial, el catalán consigue el título de Moto2

ALBERTO CABELLO

La trazada de Toni Elías Justicia como piloto de motos culminó con el título de Moto 2 en una trayectoria de una década llena de curvas traicioneras y baches inesperados. Antes de la explosión de Pedrosa y Lorenzo, hubo una generación sin tanta púrpura. Otros que antes no saborearon los triunfos y las alegrías de esta nueva hornada. Elías es un superviviente de esa época. Uno de esos currantes que cada invierno se aplasta los sesos en busca de un equipo con garantías y algún esponsor fiable.

Ha sufrido la impotencia de la inferioridad mecánica, el dolor de las averías y caídas que le han apartado de triunfos. Algo de justicia, lo mismo que su segundo apellido, le debía el motociclismo. Su nombre completo ya ha pasado a la historia como el primer campeón de una categoría inventada esta temporada.  Moto 2 es la cilindrada más democrática del Mundial. La misma máquina para que afloren las habilidades de los 40 pilotos que participan en cada carrera.

Ahí, Toni Elías ha sido el mejor. Ha demostrado que está capacitado para tecnologías más potentes y equipos de mayor postín. Su título tiene aún más mérito después de bajar desde MotoGP. Ni ese último golpe le quitó la ilusión. Quiso demostrar su valía para conseguir una segunda oportunidad entre los más grandes. 'Mi sueño se ha hecho realidad y ahora sólo puedo decir que seguiremos peleando la próxima temporada, quizás aquí en Moto2 o en MotoGP. La verdad es que ahora siento una gran liberación, me he quitado un gran peso de encima', dijo Elías. Hasta el mismo Jorge Lorenzo reconoció el tesón de su colega y acudió minutos antes de su propia carrera a felicitarlo por su conquista.

De principio a fin ha dominado el Mundial. Hoy todo le salió redondo en Sepang. Enterró su fatídico historial en una carrera de lo más tranquila en la que hasta se benefició de la salida de pista de su rival Julián Simón. Sin su perseguidor en carrera, le bastó un cuarto puesto para obtener el campeonato.

A unos metros del trazado, la familia de Elías aunaba energía, echaba mano de la medalla de la Virgen de Montserrat y prefería dar la espalda a la carrera después de tantas cosechas rácanas. Nada esta vez pudo torcer el destino. Las lágrimas de su madre saborearon el éxito con la prudencia contenida de las mismas que se vertieron en circunstancias más amargas. Ahora toca otra batalla. Volver a convencer a los jefes del piso superior de que hay piloto de sobra para volver a Moto GP. El regreso parece estar asegurado a 'un 99%', según dijo el piloto.

'Han sido muchos años peleando por conseguir mis objetivos y al final este año después de un montón de trabajo con mi equipo hemos logrado el título. Creo que al final se ha hecho justicia y a la tercera ha ido la vencida, sabía que este tenía que ser mi año. Ha sido perfecto', declaró el catalán ante los medios. Todavía en la moto, su equipo ya le coronó como el mejor de la temporada. Cambió el carenado de su máquina y la vistió con el dorsal más apreciado: el número 1.

Esta vez el que se llevó la peor parte fue Julián Simón. El campeón de 125 la temporada pasada ha asimilado a la perfección el ascenso de categoría, aunque todavía su juventud le juega malas pasadas. Hoy hizo una nefasta salida desde la pole, remontó, luego tuvo que hacer equilibrios para sostenerse de un latigazo de su rueda trasera y por último se salió de pista. 'De todo se aprende y espero que no me vuelva a pasar en futuras ocasiones, pero sobre todo quiero felicitar a Toni por el campeonato, ha estado muy fuerte y regular y se lo merecía', reconoció el de Talavera.

La fiesta española tuvo el aperitivo del triunfo de Marc Márquez en 125 ante Terol y Espargaró. El Mundial de la cilindrada también lo ganará un español. Ya es seguro.

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