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Prisas y caos en un viaje relámpago

La RFEF acepta el aplazamiento, pero se desdice tras negarse Osasuna, y obliga al Barça a montar de urgencia en AVE y autocar

CESC GUIMERÀ

A contrarreloj recorrió la expedición del Barça los casi 500 kilómetros que separan Barcelona de Pamplona. La expedición llegó al Reyno de Navarra a las 19:49 h. 11 minutos antes del horario fijado y 56 del inicio real del partido envuelta en un caos organizativo y fue recibida de forma hostil por los seguidores rojillos. El resumen perfecto para una jornada llena de despropósitos. El de ayer, por culpa de la huelga de controladores y la falta de previsión del club, fue el primer gran contratiempo que hizo pagar a Guardiola su costumbre de viajar el mismo día del partido.

Como es habitual, la plantilla estaba citada a las nueve de la mañana en el Camp Nou y subió al autobús que debía llevarla al aeropuerto de El Prat. Fue subir y bajar. Pocos minutos después, se confirmaba que el espacio aéreo permanecía cerrado y era imposible viajar hasta Pamplona. Sobre las 13:30 h., el club recibió un comunicado de la Federación en el que se anunciaba que el partido quedaba aplazado hasta hoy a las 17 h. Apenas una hora y media más tarde, un nuevo comunicado notificaba que el encuentro, finalmente, se disputaba ayer a las 20 h.

El club expresa su 'indignación' por la 'indecisión' de la Federación

El vicepresidente y responsable del área social, Jordi Cardoner, habló de 'malentendido' y aseguró que el equipo decidió viajar ayer ante la insistencia de AENA en asegurar que sería posible volar a lo largo del día. Asimismo lo comunicó el club en una nota oficial en la que expresaba, además, su 'indignación' con la RFEF por 'una indecisión que ha causado un gran perjuicio a los intereses deportivos, a la imagen y a los aficionados de la entidad'.

Con anterioridad, el equipo navarro se opuso al aplazamiento del partido con un comunicado en el que aseguraba que 'no existe ningún elemento que pueda llegar a justificar la modificación del día y la hora prevista para el enfrentamiento, conforme a la normativa vigente'.

La odisea azulgrana comenzó a las 15:30 h. A esa hora, la expedición salió de las instalaciones del Camp Nou en dirección a la estación de Sants, donde le esperaba un AVE con salida prevista a las 16 horas. Sin un cordón de seguridad, la presencia imprevista de las estrellas desató el caos y la locura entre los centenares de personas congregadas en la estación por el puente o en busca de alternativas a los vuelos cancelados.

Pedro estuvo cerca de perder el tren que llevó el equipo a Zaragoza

El cambio cogió por sorpresa a la mayoría de los jugadores que, con permiso de Guardiola, regresaron a su domicilio cuando la Federación anunció que el partido se jugaba hoy. La confusión y las prisas generadas por el cambio casi impiden a Pedro subirse al tren con la resta de los compañeros. El canario llegó a la estación en coche y se subió al tren tras recorrer a la carrera el vestíbulo y el andén de Sants. El extremo se cambió de indumentaria mientras el tren se dirigía a Zaragoza.

Poco antes de las seis de la tarde, la expedición llegó a la capital aragonesa en la que se desató, de nuevo, el caos. Pese al pequeño cordón policial que esperaba al Barça, más de 500 aficionados y curiosos se sumaron al resto de usuarios de la terminal. En una jornada convulsa que obligó a todos los equipos a improvisar más o menos sus desplazamientos, la casualidad juntó a las plantillas de Zaragoza y Barça en la estación. Guardiola y Aguirre charlaron durante un rato y los brasileños Adriano, Maxwell y Alves bromearon a viva voz con su compatriota Edmilson desde ambos lados de la vía.

Si el Barça no hubiera llegado a tiempo al Reyno de Navarra se podía haber enfrentado a una dura sanción por parte de la RFEF. En caso de incomparecencia, el reglamento castiga al equipo infractor (si llega con más de treinta minutos después de la hora fijada para el inicio del partido) con la derrota por 3-0, además de la pérdida de tres puntos.

La Federación no contempló los hechos como un 'motivo de causa mayor' para suspender el encuentro. El Barça tampoco contempló el viernes modificar su plan de viaje por la situación caótica de los aeropuertos.

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