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Mourinho llora por todo

El luso ve esta vez al Madrid víctima de los horarios (en beneficio del Barça) y de agravios arbitrales con las tarjetas

LADISLAO JAVIER MOÑINO

Mourinho se retroalimenta con fantasmas que él mismo se preocupa por buscar y sacar a la luz pública. Forma parte de la articulación de su discurso populista llorar por todo. Cuando no es un patatal, es que necesita un delantero. O que le falta Pepe para que el equipo sea todo lo competitivo que él pretende.

Ahora, el entrenador portugués se siente víctima de los horarios y de los arbitrajes que, según él, favorecen al Barcelona. 'Algunos tienen la vida más fácil, más estructurada, parece que escogen cuando quieren jugar. Son privilegios que nosotros no tenemos', sentenció ayer el técnico luso cuando fue cuestionado sobre lo que le interesaba, que su equipo iba jugar dos veces seguidas a las diez de la noche. Mourinho aseguró que 'no vale la pena perder mucho tiempo con esos temas', pero siempre que puede los saca a relucir: 'Hablo, hablo y hablo. A lo mejor les hago reír, porque son ellos los que tienen el poder y los que deciden. Los amigos de quien decide los horarios tienen la vida más fácil'.

'Los amigos de quien decide los horarios tienen la vida más fácil'

El Madrid actual es el más tarjeteado de la historia tras el que dirigió Capello. Cómo no, esto también forma parte, para Mourinho, de un complot contra su equipo: 'Es muy fácil sacar tarjetas a nuestros jugadores. Por acciones idénticas hay equipos con muchas tarjetas y otros un poquito más protegidos. No se necesita ir muy lejos. Basta con mirar las dos últimas semanas y ver con qué facilidad Casillas se fue a la calle, y otros que tenían que ir a la calle no se han ido, y que hay rojas de otros que se hacen amarillas, y amarillas que quedan en nada. Con nosotros, la amarilla es roja, lo que no es nada es amarilla y tenemos suerte que no haya naranjas, porque sino tendríamos también más que nadie'.

Mourinho no se quejó de los árbitros cuando Arbeloa sólo vio la amarilla por un pisotón por detrás que mandó a Reyes al hospital en la vuelta del derbi copero. Tampoco había dicho nada una semana antes por un entradón de Cristiano. Mourinho siempre habla de tres equipos en el campo porque contabiliza al trío arbitral, así que acostumbra a pintar una realidad en la que sus jugadores tienen dos rivales que superar en cada partido.

La verdadera realidad es que el Madrid se presenta en Riazor, una plaza que se le atraganta (salvo cuando lo dirigió Pellegrini), con cinco puntos de desventaja sobre el Barça. Un tropiezo podría acabar con esa motivación constante de la que presume Mourinho, porque 'el equipo está en las tres competiciones'.

'Las rojas de otros las vuelven amarillas; y nuestras amarillas, rojas'

Esta noche no estará el lesionado Khedira, y Lass se perfila como su sustituto. Desde que es entrenador del Madrid, Mourinho no se ha atrevido a jugar con Xabi como único mediocentro. No contempla esa opción por esos equilibrios tácticos que busca más en la pizarra que en lo que pueden hacer sus futbolistas con balón.

Cristiano, que sufrió un pisotón de Cris en Lyon, fue confirmado en el once. El delantero ha disputados todos los minutos de la Liga. No hay descanso para el futbolista en el que reside gran parte de la responsabilidad goleadora del equipo. Si falta fútbol para ganar, Cristiano puede resolver con su tremenda pegada. Adebayor se ajusta al plan de Mourinho. A Benzema últimamente sólo le ha concedido la titularidad en el Bernabéu.

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