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El balonazo que persigue a Messi

Su entorno admite como inapropiado el gesto y el Barça prefiere callar

N. ROMÁN

Descontaba el reloj los primeros segundos del tiempo extra del primer clásico, cuando Messi estrelló un balón contra la grada del Bernabéu. La acción del delantero del Barcelona fue deliberada, por más que la inercia de la carrera iniciada para atrapar la bola que se marchaba por la banda izquierda no ayudara a frenarla. La afición madridista se rebeló gritando contra la Pulga y lanzando algún objeto al césped. Y Pepe, la sombra del argentino durante toda la noche, fue el primero en recriminarle la fea acción al gesto de ¡estás loco!

Ejemplar siempre en su comportamiento dentro y fuera de la cancha acumula sólo tres amarillas en lo que va de curso , Messi sorprendió con la citada acción, muy poco acorde con su carácter afable e incluso un tanto apocado y con su habitual proceder. Puesto que no consta disculpa oficial, el acto le ha acarreado la crítica desde todos los ámbitos. Los aficionados del Madrid fueron los primeros en recriminar al argentino su acción; la prensa y el mundo del fútbol les secundaron después.

El Barça prefiere no pronunciarse sobre la acción del argentino, máximo goleador de la historia azulgrana en el Bernabéu suma cuatro tantos. El entorno del jugador, en cambio, admite lo inapropiado del gesto, pero, más allá de remitir a su impoluto expediente, recuerda que el argentino fue el primero en disculparse [no consta tal perdón]. Messi, según las mismas fuentes, no pretendía lanzar el balón al público la bola no impacta en ningún espectador, sino a la valla como reacción espontánea a la frustración por no haber podido atrapar la pelota para proseguir la jugada. 'Por desgracia, el balón se le fue demasiado alto', señalan las citadas fuentes.

Messi, recuerdan, había sido el objetivo de un láser enfocado desde la grada, directamente a sus ojos, mientras lanzaba el penalti que supuso el tanto azulgrana. Como también lo había sido Cristiano Ronaldo, en el partido de la primera vuelta, en el Camp Nou. En baloncesto, en la competición europea, ese tipo de acciones implica una sanción para el club propietario del campo. En el fútbol, no.

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