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Dos copas y varios borrones

Sandro Rosell celebra hoy su primer año al frente del Barcelona con triunfos deportivos y decisiones polémicas

RUT VILAR

Los éxitos deportivos avalan el primer año de Sandro Rosell al frente del Barcelona. Un año marcado también por la contención económica, con decisiones no exentas de controversia. 365 días en los que Rosell, el presidente más votado de la historia del Barça, ha conseguido sus mayores logros cuando ha intervenido en cuestiones deportivas como cuando ejercía de vicepresidente de Joan Laporta y ha recibido críticas por su política social y gerencia del club. Su obsesión por alejarse de los modales de su predecesor ha marcado su estrategia de comunicación: apenas ha comparecido el presidente del Barcelona ante los medios para dirigirse a los socios, ni en momentos de crisis, como sucede ahora con la reordenación de las secciones.

De puertas adentro, en el día a día del club, ha confiado Rosell el timón a sus dos hombres fuertes a nivel ejecutivo: el director general, Antoni Rosich, y Joan Carles Raventós, responsable de las secciones. En lo deportivo, en cambio, el intervencionismo del dirigente alcanza el más mínimo detalle (decantó incluso la elección del próximo entrenador del Barça B, una decisión en la que resultó determinante su fijación por Johan Cruyff). Pero vayamos por partes.

Rosell puede ser el presidente con más títulos en un mismo curso

Rosell alcanzó la dirección del Barcelona el 13 de junio de 2010 con el 61,4% de los votos. A los pocos días, anunció su primera iniciativa polémica: despojó a Cruyff de la presidencia de honor para someter su nombramiento a votación de la Asamblea. El empresario argumentó que los estatutos del Barcelona no contemplan dicha presidencia y el Flaco, indignado, devolvió al club la insignia que en su día le impuso Laporta. Un año después, Cruyff y Rosell no han limado asperezas.

Recién investida la junta, reformuló los números presentados por la anterior directiva (11,1 millones de euros de beneficios) y se sometió a votación de la Asamblea un nuevo balance económico con un saldo negativo de 79,9 millones. Así las cosas, se imputaron a la etapa de Laporta unas pérdidas globales de 48,7 millones de euros. Y, por una diferencia de 29 votos, los compromisarios aceptaron iniciar una acción de responsabilidad social contra el abogado y su junta. Rosell se abstuvo en la votación.

Amparado en tan catastrófico panorama económico, Sandro celebró la venta de la camiseta azulgrana a la Fundación Qatar por las próximas cinco temporadas, a razón de 30 millones de euros por cada una. Un hecho que desplaza el nombre de Unicef al dorso de la zamarra. También justificó que la próxima Supercopa quede excluida de los abonos de la próxima temporada y cerró la entrada de nuevos socios a la entidad.

Ha llevado a Laporta al juzgado y no ha limado asperezas con Johan Cruyff

En los últimos días, son varios los temas que han agitado a parte de la masa social culé: la reaparición del expresidente Josep Lluís Núñez de quien Rosell aprendió la importancia de mantener una buena relación con el mundo de las peñas en diversos actos del club y la reestructuración de las secciones, que comporta la desaparición de la de béisbol y la limitación de otras a la competición de ámbito local.

Deportivamente hablando, la primera patata caliente que le cayó al empresario fue el traspaso de Ibrahimovic. La relación entre el sueco y Guardiola resultaba insostenible y el ariete se marchó al Milan por 24 millones de euros (un año antes, había costado 65). El representante del nórdico dijo pestes el club y del entrenador, ante lo cual la entidad ofreció una respuesta templada. El juego y los resultados confirman el buen hacer de Rosell en el fichaje de Zubizarreta. Y en cuanto a jugadores, especialmente en el de Mascherano. Tras días de incertidumbre, Guardiola renovó un año más por el Barcelona. Y también Alves, cuya firma sólo consiguió el dirigente. De hecho, si el equipo de baloncesto y el de fútbol sala ganan esta semana la Liga, logrará ser el presidente que mayores éxitos deportivos ha cosechado en una misma temporada. Además, logró reconducir las relaciones con el Espanyol.

En temas deportivos se mueve como pez en el agua; suspende en comunicación

Aún así, el hockey, a cuyos títulos siempre se pudo agarrar la directiva, no consiguió el éxito esperado el pasado curso y Rosell no dudó en cortar la cabeza del entrenador a pesar de que el secretario técnico de la sección esta-ba en desacuerdo. El presidente tampoco ha escuchado los consejos de la dirección deportiva respecto al sustituto de Luis Enrique. A Sandro, la cercanía entre Òscar Garcia, entrenador del juvenil, y Cruyff le pareció un handicap insalvable y apostó por Eusebio para el puesto. Ahí el dirigente azulgrana se mueve como pez en el agua.

En cuanto al peso de la junta en el gobierno del club, Roselldespacha a menudo con los vicepresidentes de más peso, no así en el resto de su directiva, cuya obligación de avalar podría estar condicionando la restricción del gasto.

Sus largos silencios han provocado en exceso a Guardiola, como ocurrió cuando el equipo tuvo que viajar a Pamplona (con el espacio aéreo cerrado por culpa de la huelga de controladores), y en la recta final del curso, cuando aplazó sine díe la respuesta institucional a las graves críticas lanzadas hacia su equipo desde el Real Madrid y su entorno. Luego, resbaló al pronosticar un 5-0 frente al conjunto de Mourinho antes de la última serie de clásicos.

Alérgico a las críticas y guarecido tras el carisma de Guardiola, Rosell alcanza el primer año de mandato con el socio hinchado por los triunfos y receloso ante el catastrófico panorama económico que proclama el presidente.

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