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El "triste" adiós de Bojan

El Barça lo traspasa al Roma por 12 millones e incluye una cláusula de recompra obligatoria a los dos años por 13 millones

RUT VILAR

Con apenas un hilillo de voz, Bojan Krkic (Linyola, Lleida, 1990) se despidió ayer de la hinchada del Barcelona. Por expreso deseo del delantero –hastiado porque cree que el entrenador, Pep Guardiola, no fue “justo” con él en el reparto de minutos el último año– el Barça acordó su traspaso al Roma. Un traspaso singular: el coste de la operación con el club italiano es de 12 millones de euros e incluye una cláusula de recompra obligatoria, a ejercer por el Barcelona al final de la temporada 2012-13, por 13 millones. Sólo el Roma puede bloquear la recompra, pero en este caso debería de abonar al Barça 28 millones de euros más.

Y es que, el club catalán no quiere que el ariete, de sólo 22 años, se desvincule del todo de la entidad. Y encontró en esta fórmula “una buena opción para las tres partes”, según aseguraron fuentes del Barcelona a este diario.

Tras 12 años vistiendo la camiseta azulgrana (cuatro en el primer equipo), Bojan deja el Camp Nou para “recuperar la felicidad jugando al fútbol” en el Olímpico de Roma, donde, precisamente, comenzó su historia de desamor con Guardiola. Fue en 2009, durante la final de la Liga de Campeones, cuando el de Santpedor decidió premiar a Pedrito alineándolo ante el Manchester United en los últimos minutos de la final mientras Bojan se quedaba en el banquillo.

“Han sido cuatro años muy bonitos. Los tres primeros no dejé de luchar. Pero este, después de como terminé el año pasado, no entendí por qué no jugaba más y bajé mi nivel. Hubo muchos días en que no me sentía bien conmigo mismo”, reconoció ayer el de Linyola. Con Messi como falso 9, Krkic, un punta clásico, tuvo que adaptarse a jugar en la banda, desde donde su aportación al equipo resultó determinante en el tramo final de la temporada 2009-2010.

Emocionado y agradecido por la presencia ayer de Xavi y Puyol en la sala de prensa del Camp Nou durante su despedida –también estuvieron Zubizarreta y el directivo Jordi Mestre–, Bojan insistió en justificar su marcha por la falta de sintonía con Guardiola. “Pep me decía que entrenara bien para jugar. Pero en mi mejor momento de forma no me dio continuidad. Las cosas no estaban claras entre él y yo”, apuntó para añadir: “Como socio del Barça, creo que es el mejor entrenador que puede tener este club. A nivel personal, como jugador, hay muchas cosas que me han sabido muy mal, así que no puedo opinar lo mismo”. El hecho de que el preparador tampoco le diera ningún minuto en la última final europea, en Wembley, convenció al delantero de lo beneficioso de su marcha. “Me dolió mucho no jugar”, confesó ayer.

Tras debutar en Primera en 2007, con sólo 16 años, Bojan deja el Barcelona con 160 partidos disputados y 41 goles. En el Roma, Luis Enrique espera satisfecho la incorporación del delantero a su nuevo equipo. Sobrado de ofertas, la confianza que le ha transmitido el asturiano decantó su fichaje por el club italiano. “Me mostró cariño y reconocimiento y le estoy muy agradecido”, dijo ayer el futbolista que, a última hora, ya voló hacia su nueva casa.

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