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Makau tumba a Gebre

Kenia arrebata a Etiopía el récord mundial de maratón y lo fija en 2h03:38

IGNACIO ROMO

Hay escenas que resumen la grandeza de la maratón. La prueba de los 42,195 kilómetros, la mítica distancia que nació en una leyenda ateniense, recobró ayer su lugar como símbolo del límite supremo de la resistencia humana. Un keniano de 26 años, en pleno crecimiento como atleta, y un etíope de 38 años, en el ocaso de su vida deportiva, protagonizaban un bello duelo por las calles de Berlín. Hasta que uno de los dos dio un tremendo golpe de efecto.

El keniano atacó en el kilómetro 27 y Gebrselassie se paró a vomitar

El desenlace llegó en el kilómetro 27. De pronto sucedió algo inesperado, absurdo. Patrick Makau, keniano, ganador en 2010 de las dos maratones en las que tomó parte, cambió de ritmo y adelantó a las liebres, que habían ejercido un trabajo fantástico hasta el momento, marcando un ritmo uniforme y sirviendo de parapeto a los favoritos.

Makau aumentó la frecuencia de su zancada y obligó a su gran rival, el mítico Haile Gebrselassie, a cambiar de ritmo. Y el etíope sufrió un bloqueo total. Porque iba al límite.

Makau sufrió una caída este año en la maratón de Londres y llegó el tercero

Gebre tuvo que salirse a un lateral del circuito. Se paró para vomitar, vio cómo dos rivales pasaban de largo y luego se reincorporó a la carrera. Era como si Makau lo hubiera mandado a la lona y el etíope, ya noqueado, se hubiera levantado para continuar el combate. Pero, cuando el plusmarquista mundial retomó la carrera, Makau ya le había aventajado en un minuto y seguía volando a ritmo de récord del mundo. Era el eterno combate del fondo mundial. Kenia-Etiopía, la gran batalla del atletismo de largo aliento.

Paula Radcliffe reapareció después de dos años y fue quinta

Berlín vio ayer reforzada su fama de acoger el circuito más rápido del mundo para correr la maratón. Con rectas interminables y sin giros bruscos, los corredores de fondo vuelan todos los años en la capital alemana. Al contrario que en 2010, cuando Makau venció bajo la lluvia (con un crono de 2h05:08), ayer las condiciones eran ideales. Mañana soleada y fresca: 11 grados.

Los hombres de rayas ayudaron mucho ayer al nuevo plusmarquista mundial de maratón. Ataviados con camisetas negras y blancas, las liebres de la prueba funcionaron a la perfección. Pasaron la media maratón en 1h01:43, un crono 20 segundos más rápido que el ritmo de Gebrselassie cuando estableció en 2008 su récord mundial de 2h03:59.

En el ecuador de la prueba la carrera se dibujaba como un duelo entre Makau y Gebrselassie, el futuro y el pasado, la promesa y la leyenda. El keniano es un maratonista muy solvente. Más interesado en el dinero que en los títulos, Makau ha renunciado este año a los Mundiales de Daegu para concentrarse en Berlín. El año pasado ganó en Rótterdam y Berlín y este año fue tercero en Londres, pero tras recuperarse de una caída mediada la carrera.

Tras el hachazo a Gebrselassie (que se retiró antes del kilómetro 35), Makau ya sólo hubo de preocuparse de sí mismo. Pasó un ligero bache en el kilómetro 38, pero lo superó y cruzó la meta en 2h03:38, un nuevo récord mundial que equivale a unos 120 metros de diferencia sobre el récord previo. Una marca de un valor enorme.

Paula Radcliffe, plusmarquista mundial con 2h15:25, regresó ayer a la maratón tras dos años de ausencia, maternidad incluida. La inglesa intentó seguir el ritmo de la keniana Kiplagat, una atleta que compensa su baja estatura con una frecuencia de zancada asombrosa, pero abandonó la idea en el kilómetro 12. A Radcliffe le bastaba la mínima olímpica y logró un buen crono de 2h23:46. Kiplagat venció con 2h19:44.

Dos españoles lograron en Berlín la mínima olímpica. El debutante Ricardo Serrano (2h13:32) y Pedro Nimo (2h13:34) se postulan para los Juegos.

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