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Las amenazas de Bradley Wiggins

El británico afronta el final del Tour en una confortable situación para convertirse en el primer británico en ganarlo, con permiso de Chris Froome, su compañero en el Sky

LUIS MIGUEL PASCUAL (EFE)

El británico Bradley Wiggins afronta la recta final del Tour de Francia en una confortable situación para convertirse en el primer británico en ganar la carrera, pero con una serie de amenazas que pueden desviarle de su objetivo.

La más importante de ellas, y la más improbable, la tiene en el seno de su propio equipo, el Sky, en la figura de Chris Froome, un compatriota de 26 años que muestra una envidiable fuerza en la montaña pero que está retenido por un pacto de no agresión.

El segundo de la pasada Vuelta a España solo romperá la disciplina del Sky si su jefe de filas tiene un desfallecimiento en los puertos pirenaicos. 'Wiggins está por delante y, además, queda una larga contrarreloj, disciplina en la que es actualmente el mejor del mundo. Nuestro objetivo es aprovechar esta situación', asegura el patrón del Sky, Dave Brailsford.

Froome se pliega a regañadientes a la situación con la esperanza de poder contar en el futuro con todo el apoyo de la formación británica. Pero el keniano blanco, como se le conoce en el pelotón por haber nacido en ese país africano, no descarta que los Pirineos cambien el panorama. 'Llegan etapas muy prometedoras y todo el mundo está ya muy fatigado. Somos humanos, puede suceder cualquier cosa', señaló Froome.

La segunda amenaza se llama Vicenzo Nibali, que a sus 27 años aparece como el ciclista más apto a romper la hegemonía de los Sky. El italiano del Liquigas, tercero de la general a 2.23, no ha podido hasta ahora aprovechar los pasos por la montaña, pero es el que más ha inquietado a sus rivales. Por delante le restan dos etapas favorables, la que acaba en Bagnères-de-Luchon, con la meta situada en un descenso menos técnico pero muy favorable a uno de los mejores descendedores del pelotón, y la que tiene final en el alto de Peyragudes.

Nibali asegura que la segunda, la del próximo jueves, 'es la etapa más importante del Tour porque es la que presenta más oportunidades de atacar'. El transalpino, ganador de la Vuelta a España de 2010 y que en su su mejor participación en el Tour fue el séptimo puesto logrado en 2009, promete batalla, pese a que reconoce que no será fácil hacer vacilar la fortaleza Sky.

Además, Nibali no está seguro de que Froome no rompa el pacto que tiene con su compañero y es consciente de que sería más fácil atacar a un equipo dividido.

El tercer peligro para Wiggins se llama Cadel Evans, más lejos en la general por culpa de un desfallecimiento en la subida a la Toussuire (a 3.19), pero siempre amenazante por su experiencia. El australiano está obligado a firmar una hazaña para acercarse a renovar el título logrado el año pasado, una gesta a la que no renuncia aunque sabe muy compleja.

Evans es consciente de haberse estrellado ante un muro, el Sky, donde todo está 'milimétricamente medido', lo que hace muy difícil abordarles. Sobre todo para un ciclista como él, más acostumbrado a la defensa que al ataque. Pero el ciclista del BMC no da todo por perdido y promete batalla en los Pirineos.

Finalmente, el belga Jurge van den Broeck parece dispuesto a dinamitar la carrera. El ciclista del Lotto tiene un retraso de 4.48 minutos y es el menos preparado de todos para la general, lo que le convierte, por un lado, en el rival más controlable, pero por otro en el aliado perfecto para el resto de los favoritos. 'Lo que está claro es que, entre todos, hay que hacer que Wiggins dude', afirma, amenazante, Nibali.

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