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Villa recupera la memoria

El 'Guaje' y los dos goles de Fabregas, uno de ellos dudoso, anulan la hazaña del meritorio Sevilla de Míchel

ALFREDO VARONA

Fue un partido enorme y para altos cargos. Villa lo es. Apenas llevaba doce minutos en el césped. Su contacto con la pelota apenas existió, pero tampoco le hace falta.  Fue un hecho real, un futbolista que recupera la memoria para un partido en el que pudo pasar de todo. Lo tuvo en la mano el Sevilla, que hoy es algo más que un equipo. Ha construido Míchel una industria ejemplar, un grupo que está en todas partes. Pero no se resignó nunca el Barça que, al final, siempre regresa. Su defensa fue una broma. Song sale menospreciado del Pizjuán, pero el Barça tiene jugadores de sobra. Antes de que Villa matase, Cesc recortó la diferencia. Esta vez fue el futbolista primoroso que se crió en el Arsenal. A falta de dos minutos, destrozó la hazaña del Sevilla, que había soportado enormes angustias. La noche se le hizo eterna con diez futbolistas. Pero, en realidad, no hay otra forma ante el Barça, que fue un equipo errático en defensa y siempre orgulloso en ataque. La respuesta de Palop, un portero para el que no pasan los años, lo retrasó todo. Frente a la angustia, no tiene problemas. Ha cumplido 39 años y hasta sus enemigos desconocen su fecha de caducidad. Tuvo una importancia enorme frente a  Messi. Palop le sacó dos balones que ni los ángeles, uno de ellos al cuarto de hora. Hubiera sido el 0-1 y todo esto hubiese cambiado.


La noche entonces pertenecía claramente al Barcelona. La pelota era suya con la familiaridad de toda la vida. El Sevilla estaba incómodo, con Medel y Maduro, sus dos cumbres borrascosas, muy espesas. Míchel se desvivía para que sus futbolistas enviasen la pelota a la banda derecha, donde Cicinho y Navas admiten grandes diferencias. Pero no hubo manera hasta los 25 minutos. Entonces es muy posible que al Sevilla le tocase la lotería. La jugada nacido con poco motivo. El caso es que Palop tiró un balón largo que cogió a la defensa del Barcelona de cualquier centro comercial de Andalucía. Song, Mascherano y Alves estuvieron de pena. El desenlace fue muy manso hasta que apareció Piotr Trochowski, que ya representa para la historia del Sevilla lo que Clint Eastwood para la del cine. Se ha convertido en el hombre sin rostro. Hasta este mes de septiembre se sabía que era un tipo sin miedo a la tempestad. Un villano, si hacía falta. Pero se desconocía que fuese un goleador. Ahora, los goles refuerzan sinceramente su prestigio. Hace dos semanas derrotó al Madrid.

El gol descubrió otro partido, en el que todo fue más antipático para el Barça. Sobre todo, en los minutos finales de la primera parte, en los que no se registraron noticias en la portería de Palop. ¿Qué le pasa a Alexis e, incluso, a Alves? La banda derecha no fue territorio para el Barça frente a un Sevilla casi sublime. El pie de Rakitic es así. Más allá de su temperamento, es un futbolista espléndido. Jugó con una facilidad de película y el Sevilla tuvo motivos para lograr el segundo gol en la bota de Negredo antes de cerrar la primera parte. Pero no pasó nada. El tanto llegó a los dos minutos de la reanudación. Busquets calculó mal el tiempo. Song, por supuesto, no le ayudó a rectificar el error. Y entonces apareció Negredo casi con sabiduría. Fue el segundo gol que, aparentemente, colocaba al Sevilla en el paraíso. Nada más lejos de la realidad, sin embargo. 


Al minuto, Botía sacó un balón de Pedro de la misma raya de gol. A los cuatro, Cesc soltó un zurdazo sin el permiso  que nadie. Fue gol y puso el partido en el alambre. Máxime con la expulsión de Medel, que seguramente fuese exagerada, porque no se comportó con tanta maldad. Pero aun así el Sevilla resistió sin angustias monumentales hasta los últimos dos minutos. La suerte parecía suya. Fue entonces cuando el Barça mostró su instinto básico, lo que ya no parecía que podía pasar. Había que ser muy perverso. Había resistido demasiado el Sevilla. Pero hasta el final las escrituras del partido siempre pueden cambiar. Máxime en una noche en la que Cesc amanece con tanto veneno en la bota. Es verdad que Thiago quizá se llevase el balón con la mano y eso desesperó a Míchel que, irritado, fue expulsado inmediatamente. Pero aún hubo algo peor. El desenlace todavía fue más salvaje con el Sevilla. En el descuento, Villa recuperó la memoria y fue un hombre sin miedo a la decisión final. Marcó y arruinó toda la hazaña del Sevilla, que se pregunta por el significado de la justicia. 

 

Sevilla:

Palop; Cicinho, Botía, Spahic, Fernando Navarro; Maduro, Medel; Navas, Rakitic (Kondgbia m. 76), Trochowski (Del Moral m. 38); Negredo (Antonio Luna mn. 80).

Barcelona:

Valdés; Alves (Villa m. 78), Song, Mascherano, Jordi Alba; Xavi, Busquets (Thiago m. 76), Cesc; Pedro, Alexis (Tello m. 71) y Messi.

Goles:

1-0 M. 25. Trochowski, tras un mal rechace de Mascherano ante la pasividad de Alves.  2-0 M. 47. Negredo, tras un balón perdido por Busquets. 2-1 M. 52. Cesc, de un zurdazo enorme. 2-2 M. 86. Cesc marca de puntera tras cesión de Míchel tras un robo de Thiago posiblemente con la mano. 2-3 M. 92. Villa tras una pared en la frontal.

Árbitro:

Mateu Lahoz. Amonestó a Rakitic, Pedro. Roja directa a Medel (m. 72) por un cabezazo a Cesc y a Míchel (m. 88) por protestar el empate del Barça.

Estadio:

Sánchez Pizjuán. 43.000 espectadores.

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