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La cantera rescata a Mourinho

El gol de Morata, nada más salir al encharcado campo del Ciudad de Valencia, impide que la Liga se acabe prematuramente

ALFREDO VARONA

Hay partidos que son más que eso para Mourinho. Son auténticos desafíos en los que pone en juego hasta su reputación, y el del Ciutat de Valencia siempre será uno de ellos. Ha sido un campo ajeno para su Madrid, una de esas batallas por encima de lo futbolístico en las que el entrenador se siente como Julio Cesar. El balón sólo es una más de las herramientas que se necesitan para vencer. El resto pertenece al teatro, al carácter y, si acaso, a la inteligencia emocional. A los tres minutos, se demostró. David Navarro le partió la ceja a Cristiano que, sin embargo, no perdió la frialdad. No es su estilo en este tipo de casos, pero nunca es tarde para cambiar. Ni siquiera para Cristiano, al que todavía le quedan años para aprenderlo todo e, incluso, para vivirlo. Quién le iba a decir a él, que le gusta jugarlo todo, que iba a tener que retirarse en el descanso... Pero quizá por eso apareció Morata y la cantera. No hay, por lo tanto, mal que por bien no venga.

En realidad, el Ciutat de Valencia es así para el Madrid. Tal vez por eso la fascinación de Mourinho admite lo obsesivo con este estadio. Así que esta noche, en medio del diluvio, no sólo se presentó como el entrenador del equipo rival. También como un león herido, que es mucho más drástico. Un aviso de venganza al que, sin embargo, llovieron piedras casi toda la noche. No sólo fue la ceja de Cristiano. También fue el penalti errado por Xabi Alonso con 1-1 en un momento casi dramático. Y quizá hasta el gol de Morata, porque viene de una cantera a la que sólo ha acudido en la desesperación. Pero lo importante es que la Liga sigue viva y Mourinho supera el trauma del Ciutat de Valencia, donde se presentó con las espaldas bien cubiertas, dispuesto a que alguien le compensase por todo lo sufrido en este campo que no es, precisamente, San Siro ni Stamford Bridge.

La diferencia respecto a otros años, en los que salió destrozado del Ciutat de Valencia, es que ahora tiene a Essien, cuya importancia se asocia a este tipo de partidos. Sin ellos, probablemente ni estaría aquí. Essien, efectivamente, representa el telón de acero en el actual Madrid. Tiene las posibilidades justas con la pelota, pero eso no le importa ni a él, que ha sabido vivir así, ni a su entrenador, que sabe que para eso ya están otros. La importancia de Essien es como la de los albañiles en las obras, un hombre que hace lo que dicen los arquitectos.

Y, con ese abrigo, el Madrid se presentó frente a la pesada historia de los últimos años, en los que el héroe fue Ballesteros, no Cristiano. Y eso es una verdadera ofensa para esa multinacional, que es el Madrid y en la que Ballesteros no entraría ni en broma. Tiene años muy honestos de profesión, pero posiblemente le falte el prestigio mundial de Coentrao o del mismo Essien. Cosas que, en cualquier caso, ya quedan en el despacho de Mourinho.

La noche, en medio del diluvio, se presentó como un compromiso feroz, casi sangriento para el Real Madrid. Su margen de error viaja tan reducido que este tipo de campos saben a hierro quemado. Sobre todo, porque el Barcelona no perdona, y no es fácil vivir así. Todavia menos ante un equipo como el Levante, duro como una piedra y sin miedo a jugar a todo o nada. Tiene gente veterana y otra con ese instinto de juventud, como Diop o Iborra, capaces de educar a las piedras. El talento viaja en las botas del viejo Barkero, del excéntrico El Zhar y el impulsivo Juanlu, que de entrada motivaron mucho peligro. La pelota acusó a Casillas, sobre todo en un remate de Martins, que fue clara sospecha de gol.

La noche no fue mentira. Arrancó con el suspense prometido, en una historia con varios rombos. El césped tampoco permitía gran cosa y el Madrid vivió incómodo hasta los veinte minutos. Entonces Cristiano olvidó el golpe. Apareció en el area y pidió la palabra. Batió a Munua con la autoridad prometida, sin dejar caer la pelota al suelo. Fue el secreto. Su gol tuvo un efecto total, pura dinamita. Liberó al Madrid de su pasado en este campo maldito. Sintetizó la idea de una vida mejor en la que Essien puso el cuerpo, Xabi Alonso las ideas y los defensas (Pepe y Sergio Ramos) los tiros al poste. Tuvo por dos veces el Madrid el 0-2 a tiro. Incluso, una tercera por medio de Di Maria, que calculó mal. La noche estaba de su parte, y no pasaba nada porque Cristiano (sopresa infinita) se retirase al descanso. Su sustituto fue Albiol, un defensa. Quiza porque esta era una noche de carácter, no de futbol. Era, en realidad, la noche de Essien y de su telón de acero. O, al menos, asi se interpretaba.

Sin embargo, un minuto después de que Di Maria perdonase lo que no se debe, Pepe se equivocó de equipaje. Y lo aprovechó Angel, que encontró un empate formidable para el Levante, que volvió a ser el equipo que nunca se rinde, el grupo de leones indomables. La noche se convirtió casi en una ruleta rusa, en la que pudo pasar de todo. Llena de urgencias, sobre todo para un Madrid, que recurrió hasta a Morata. Antes, habia vivido en dirección prohibida. Xabi Alonso no supo controlar los nervios y falló el penalti del 1-2 ante un Levante duro y valiente. Munua aguantó estoicamente y, casi al instante, fue Juanlu el que tuvo el segundo para el Levante.

Mourinho sacó a Kaka para que solucionase el problema, pero esto cada vez esta más dificil en un Madrid, casi traumatizado ante tanta angustia. Quizá porque el Ciutat de Valencia parecia incorregible en su destino hasta que apareció Morata, un chaval de la casa que no se cansa de esperar. La realidad es que en un minuto le demostró a Mourinho que, en medio del suspense, no hay nada como la cantera. Su cabeza, a diferencia de la de Essien, fue un lingote de oro. Y, por cierto, bastante más barata.

Levante: Munúa; Pedro López, Ballesteros, David Navarro, Juanfran; Diop (Michel m. 86), Iborra; El Zhar (Angel m. 55), Barkero (Ruben m. 86), Juanlu; Martins.

Real Madrid: Casillas; Arbeloa (Kaka m. 70), Pepe, Sergio Ramos, Coentrao; Xabi Alonso, Essien; Di María, Özil (Morata m. 84), Callejón; Cristiano (Albiol m. 46)

Goles: -1 M. 21. Cristiano fusila a Munua. 1-1 M. 62. Angel gana la posición a Pepe y bate a Casillas. 1-2. M. 84. Morata, de cabeza a falta sacada por Xabi Alonso.

Árbitro: Muñiz Fernández. Amonestó a Cristiano, Ballesteros, El Zhar, Iborra, Juanlu, David Navarro y Pedro Rios.

Estadio: Ciutat de Valencia.

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