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Los otros apestados de Mourinho

La lista de jugadores que han salido escaldados con el portugués es demasiado extensa. Sus relaciones no tienen termino medio. O con él o en su contra. Casillas se une a casos como los de Shevchenko o Makelele

ALFREDO VARONA

Casillas no tiene por qué sentirse tan ofendido. En realidad, las relaciones de amor y odio con los futbolistas forman parte de la personalidad de Mourinho. Por eso si hay un hombre en el mundo que sepa relativizar al técnico portugués ese siempre será Shevchenko (Ucrania, 1976). Quizá porque fue un hombre que las pasó moradas con Mourinho. Cuando llegó al Chelsea, Shevchenko ya tenía una reputación. Acababa de ganar la Copa de Europa con el Milán. Acababa de ser Balón de Oro. Es más, el presidente Abramovich acababa de pagar 40 millones de euros por el delantero. Pero Mourinho no le facilitó nada la vida en Stamford Bridge. Ajeno a su pasado, le trató como un principiante. La diferencia fue que Shevchenko se quejó en voz alta. 'Soy la cabeza de turco de Mourinho'. Algo que provocó que el entrenador profundizase en sus suplencias y llegase a meterse en la vida privada de un futbolista, al que prácticamente acusó de ser un calzonazos: 'Si su mujer da un grito', señaló, 'él se mete debajo de la cama'.

Shevchenko duró dos años en el Chelsea, que no fueron los mejores de su vida. En 2008 volvió al Milan para recuperar el tiempo perdido. Pero entonces Mourinho se despidió muy cariñosamente de él. 'Espero que tenga la suerte que merece'. Ahora, que ya está retirado del fútbol, el delantero tampoco habla mal de Mourinho. 'Porque es un hombre al que hay que saberle llevar'. Quizá porque Shevchenko sabe que el entrenador es un hombre de fobias y filias. Hace dos años pedía el Balón de Oro para Casillas y ahora no le concede la titularidad ni en los amistosos. Pero esto no es nuevo, esto también pasó en el Chelsea, donde parece ser que el mítico John Terry ya le ha perdonado. Tenían una relación magnífica hasta la fecha de su boda en la que no estuvo Mourinho, incapaz de suspender sus vacaciones en Ghana para acudir al enlace. Quién sabe si escocido por ello, Terry se acordó de él años después para defender a Ancelotti como entrenador del Chelsea. 'En la época de Mourinho también teníamos un gran equipo y tampoco ganábamos todos los partidos'.

En realidad, Mourinho es un tipo extraño. Capaz de despedirse de Materazzi entre lágrimas o de señalar que Dios tuvo el acierto de crearle a él. Incluso, él se vanagloria de que hay jugadores, a los que se lo hizo pasar francamente mal, que no hablan especialmente mal de él. Shevchenko no es la única prueba. También lo es Robben, el extremo holandés del Bayern Münich que tuvo que marcharse del Chelsea porque Mourinho no le ponía. Su vida en Stamford Brigde, en realidad, fue de suma dificultad. Sobre todo a raíz de ese día en el que el entrenador no le perdonó que se metiese con él tras sustituirle. Robben se marchó, pero seis años después no guarda rencor a Mourinho, porque 'es un hombre que, pese a todo, siempre va a la cara'. Por eso Robben, que conoce el Madrid, siempre ha insistido que 'no hay mejor entrenador que Mourinho para un club como ese'. Otra cosa es que pretenda engañar a alguien. 'A Mourinho no le interesa el buen fútbol, sólo los resultados'.

Los años probablemente también han cambiado a un entrenador que Makelele, que fue uno de sus jugadores en el Chelsea, no recuerda tan vanidoso en sus inicios. Al contrario. En su biografía, Makelele recordó que al principio, José se iba a tomar cervezas con los jugadores hasta que un día cambió y ya no volvió más. Y el francés iba más allá al señalar el carácter del portugués: 'Es un ganador nato. Sabe cómo utilizarte y cómo motivarte para sacar todo de ti. En esos términos es un gran entrenador. El problema es cuando quiere ponerte por debajo. En ese punto es calculador, cruel y ambicioso'.

Por lo tanto, no se sabe cuál es la verdadera razón de la personalidad de un entrenador que no acepta el fútbol sin vencedores ni vencidos. Ha conseguido espectaculares alianzas con genios como Etoo o Ibrahimovich en el Inter. Incluso, en el caso de Etoo es curioso porque nunca fue tan intrascedente de cara al gol como en el Inter de Mourinho. Pero eso no quita para que Etoo defienda como a un hijo a un entrenador, que no acepta vivir sin enemigos. Pedro León todavía se pregunta en el Getafe por qué le escogió a él cuando llegó al Madrid. No hubo manera de que le levantase el castigo. Valdano entendió bastante antes de abandonar el Madrid que nunca sería uno de los suyos. Benzema también pasó por esa situación cuando Mourinho se empeñó en fichar a toda costa a Adebayor...

Así que esto que ahora pasa con Casillas, en realidad, representa el pasado del entrenador. La duda es si el portero entrará en el grupo de gentes que se reconciliará con el entrenador como ha pasado con futbolistas míticos como Shevchenko, Robben o el mismo Terry. Y, es más, quién sabe si algún día reclamará al portero para Stamford Brigde si es que finalmente Mourinho se marcha al Chelsea. Al portugués le gustan los jugadores veteranos. Por eso ahora no quiere que Lampard se vaya del Chelsea por nada del mundo y, si es posible, llevarse a Xabi Alonso, casi con 32 años. Así que no hay que descartar nada en su vida. A día de hoy, la reconciliación entre el portero y el entrenador parece absurda, pero no se olviden que hace un año Mourinho pedía el Balón de Oro para un portero que, por lo visto, ahora no le llega ni a la suela de los zapatos a Diego López. Cosas de Mourinho, cosas de un entrenador con el que nunca se sabe cómo amanecerá al día siguiente.

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