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Neymar y Messi destrozan al Granada

EFE/Público

El Barcelona acabó goleando a un serio Granada (6-0), que si bien desmontó a los azulgrana en el primer tiempo, fue encajar dos goles en el tramo final del primer acto y bajar los brazos, ocasión que no desaprovecharon los de Luis Enrique para firmar una tarde de gran fútbol, con Messi bigoleador y Neymar con un triplete.

Sexta jornada y a pesar del tropiezo en Málaga hace unos días y perder el liderato en solitario, en que el Barça fue incapaz de lanzar ni un solo disparo entre los tres palos, los de Luis Enrique mantienen su meta invicta, y dando una sensación de seguridad defensiva muy elevada, a pesar de las insistentes rotaciones, que en esta ocasión dejaron a Piqué y Alba en la grada. Joaquín Caparrós planteó el choque de tal forma que al Barcelona recordase su enfrentamiento en La Rosaleda. Agrupados en una figura irregular a partir de la frontal de Roberto, los hombres del Granada se desplegaron de tal forma que por el centro no entraba ni el aire, dejando las bandas para que Alves o Adriano intentaran alguna internada.

Frente a este nuevo examen de estrategia que le planteó el Granada al Barcelona, el equipo de Luis Enrique volvió a palidecer y regresar a un espesor que hacía su fútbol soporífero. Ni clarividencia, ni velocidad en los pases ni ninguna jugada de mérito. El Barcelona se aburría con su pelota y el Granada disfrutaba de unos minutos de tranquilidad, hasta con el atrevimiento de intentar algún contragolpe cuando veían que la defensa azulgrana mostraba algún resquicio cuando adelantaba líneas y perdía el balón. Así fue como Matheiu tuvo que echarse al suelo a los dos minutos para cortar un contragolpe. Poco después, Al Arabi, desde el suelo, lanzó un balón que dio en el larguero.

El Barça moría una y otra vez por el centro, y en las bandas sus acciones indolentes acababan con algún centro inapropiado, excepto uno que fue a parar a Mathieu y éste envió a Munir, quien casi debajo de los palos desperdició un balón franco para inaugurar el marcador. Xavi, que regresó a la alineación, tuvo dos pérdidas importantes, estuvo algo ausente en el partido, sin poder dar juego a unos interiores que no veía. Sin embargo, suyo fue el primer disparo de los azulgrana entre los tres palos.

Cuatro minutos después de la acción del de Terrassa, un error en la cesión del balón de Héctor Yuste habilitó a Neymar, que se escapó hacia la meta del Granada y efectuó un disparo poco preciso. Sin embargo, el cuero rebotó en la suela de Babil y se elevó por encima de Roberto, entrando a regañadientes en la meta andaluza. El Granada se recompuso rápidamente y pudo empatar a la media hora por medio de Babin, pero su cabezazo lo detuvo. Poco después, Success, también de cabeza, estuvo a punto de lograr el primer gol granadino.

Sin embargo, el Barça asestó dos golpes letales en los tres últimos minutos de la primera parte que sentenciaron el duelo. Un doble desborde de Messi por la banda derecha acabó con el balón en la testa de Rakitic, que lo envió al palo largo y marcó el segundo tanto. Prácticamente en la siguiente jugada de peligro, los culés aprovecharon la descomposición defensiva visitante y de nuevo el argentino fue el protagonista. Esta vez encarriló por el centro y envió un pase a Munir, pero Roberto rechazó en corto. Fue Neymar, que venía en carrera, quien finalmente envió el balón al fondo de las mallas.

El Granada, con tres goles en contra, tuvo la duda razonable de dar un paso adelante o guardar el marcador, por lo que se le podía venir encima si se liberaba de la telaraña que tan buen resultado le había dado antes de los momentos de inspiración azulgrana. Los de Luis Enrique, por su parte, encontraron más lucidez en este segundo acto, con dos iniciales claras ocasiones; primero Xavi en una falta directa que Roberto sacó con las uñas, y después un contragolpes en el que Munir hizo un centro-chut y el balón salió rozando el palo bajo ante la llegada tardía de Neymar.

Era otro partido el que estaba escribiendo el Barcelona, al soporífero relatado del primer tiempo; cambió la velocidad en el pase, la mayor y mejor elaboración y la producción ofensiva. Se le puso de cara el partido a los azulgrana y el Granada empezaba a tener serios problemas de consistencia. Así, Xavi lanzó un pase preciso a la banda hacia Alves, que de volea devolvió el balón al centro del área por donde llegó embalado Messi para meterlo en la meta tras un testarazo y celebrar así su gol número 400 en su carrera deportiva.

La sociedad Messi-Neymar, tan productiva esta Liga, se puso otra vez a servicio de su equipo para hacer subir el quinto gol, en una nueva asistencia del argentino que el brasileño transformó en gol, al engañar en un disparo raso a Roberto. Tuvo una más el argentino, en otra noche de menos a más, y tras presionar a Murillo, a quien arrebató el balón en la frontal, encaró a Roberto y marcó su segundo tanto, el sexto de la tarde.










 

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