El Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat, que depende del Consejo Superior de Deportes, ha denegado el acceso a sus instalaciones a la selección francesa de natación sincronizada, en la que trabaja como asesora de coreografías la exseleccionadora española Anna Tarrés. 

Tarrés pidió permiso por carta al director del centro, Joan Fontseré. En principio, alargó su decisión y finalmente su respuesta fue negativa. Esta mañana, en declaraciones a la emisora RAC1, la propia Tarrés se lamentaba de este veto y culpaba directamente a la Federación española de natación: 'Pedí poder ir a entrenar en el CAR de Sant Cugat pero la Federación Española no ha dado el permiso'.

El motivo de conflicto radica que también entrena en estas instalaciones la selección española de sincronizada, por lo que podría haberse dado una situación incómoda al coincidir ambos equipos nacionales en una misma piscina. Sin embargo, Tarrés destierra esa opción, ya que 'no pedí la del módulo principal, donde trabaja España, sino la de 25 metros cubierta, ahora prácticamente en desuso, o la de 50 descubierta. Es imposible que nos viéramos'. Pero puede entender que 'a la seleccionadora y a la directora técnica probablemente no les gusta y les molesta que pueda haber otros equipos entrenando con ellas'.

'Interpreto que el CAR de Sant Cugat es un centro público de excelencia mundial. [...] Es una pena que no nos podamos beneficiar todos juntos', se lamentaba, a la vez que se mostraba 'sorprendida, pero no indignada' por la decisión. 'La vida es así, gracias a Dios hay otras piscinas', ha finalizado.

Por su parte, Fonteseré argumentaba que la decisión fue 'ponderada' y consensuada tanto con el CSD como con la actual seleccionadora española. Ha asegurado que el veto se debe a 'temas estratégicos' y ha recordado a Tarrés que esta forma de proceder del CAR no es nueva, 'ya hace muchos años que está establecido así, incluso cuando ella [Anna Tarrés] era entrenadora aquí'.