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El Ajax, un mito desangrado

LADISLAO JAVIER MOÑINO

'Pocas veces fuimos tan inferiores como esta noche'. A Valdano, por entonces entrenador del Real Madrid, no le quedó más remedio que asumir que aquel 23 de noviembre de 1995 su equipo había sido barrido por el último gran Ajax que se recuerda. 'He visto al equipo de mi vida', confesaba admirado Amavisca.

La venta casi anual de sus estrellasha alejado al club de la élite europea

Aquella máquina se presentó en el Bernabéu como vigente campeón de Europa y con un plantel que apenas alcanzaba los 24 años de media. Van der Saar, los hermanos De Boer, Blind (el único veterano), Davids, Musampa, Litmanen, Overmars, Finidi, Kluivert, Kanu En 15 minutos ya habían estrellado tres balones en los postes y les habían anulado dos goles legales a Kluivert y Litmanen. El resultado final fue 0-2, pero la exhibición puso al mismísimo Bernabéu en pie para despedir a un rival inolvidable.

Quince años después de aquel paso arrollador por Madrid bajo la dirección de Van Gaal, el Ajax vive una travesía en el desierto que ya anticipó su histórico presidente, Michel Van Praag, con la entrada en vigor de la sentencia Bosman en 1996: 'Será difícil que volvamos a reinar en Europa'. Aquel presagio se ha cumplido. En estos tres lustros, el club que inmortaliza en su escudo al guerrero de la mitología griega que le da nombre, sólo ha conquistado cuatro Ligas holandesas, la última en 2004. En Europa tampoco ha dado señales de vida dignas de su historia. Hasta hoy llevaba cinco años sin acceder a la fase de grupos de la Liga de Campeones. Aquel Ajax de Van Gaal fue el último que logró dominar la escena europea con todos los rasgos que engrandecieron al club, con Cruyff a la cabeza, a principios de los años setenta: el 4-4-3 con extremos y la cantera como innegociables señas de identidad. Martin Jol, su actual entrenador, emplea sin reparos el 4-4-2 o el 4-2-3-1. Tampoco los extremos desequilibrantes abundan como antaño. Rommedahl, Gronkjaer y Babel son los últimos que han sido alguien en el concierto europeo.

Desde la marcha de Van Gaal en 1997, por su banquillo han pasado una docena de entrenadores. Ninguno logró sobreponerse a la sangría anual de ventas que ha alejado al club, con cuatro Copas de Europa en sus vitrinas, de la élite continental. En esta época de desorientación ha tratado, sin éxito, de mantener su hegemonía local con una política de fichajes impensable años atrás. Futbolistas de vuelta como Michael Laudrup o Urzaiz, o no tan veteranos, pero descartados por grandes clubes, como Oleguer, actualmente en el club, antes no tenían cabida. Otra manera de combatir las sangrías es fichando a los mejores jugadores de la Eredivisie y a promesas extranjeras. También sigue trabajando la cantera con dedicación. Cuenta con perlas como los laterales Anita y Van der Wiel, que sonó para el Madrid este verano, y los centrales Vertonghen y Alderweireld, dos manuales belgas de cómo sacar el balón jugado desde atrás. También el mediapunta De Jong está entre sus promesas más apetecibles.

Incluso, Daley Blind, hijo del gran capitán del aquel maravilloso Ajax de Van Gaal, apunta alto. Quizá este sea el último eslabón que une al viejo y romántico Ajax con la modernidad desarraigada que vive.

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