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De Alcorcón, a Real Alcorcón

El equipo de Anquela sólo perdió un partido desde que eliminó a los blancos

HUGO JIMÉNEZ

Eliminar al Real Madrid de la Copa no te convierte en el Real Madrid. Pero sí puede transformarte en algo parecido si desde aquella proeza sólo has perdido un partido de 11, ganado siete, empatado tres y los rivales te esperan afilados para disputar su partido del año. El Alcorcón, modesto club de la periferia sur madrileña, se ha disparado deportiva y socialmente. Lidera en solitario el grupo II de Segunda B con 47 puntos y, si hoy gana al Universidad de Las Palmas, que es segundo, aventajará en ocho puntos a los canarios.

Desde el histórico Alcorconazo, los futbolistas que dirige Anquela son reconocidos por la calle, se ha incrementado la presencia de medios de comunicación en partidos y entrenamientos, y el club vende más camisetas por el morbo de los antimadridistas y por el orgullo de los alcorconeros, más identificados ahora con el equipo. Pero la hazaña ante el Madrid no sólo puso en el mapa al equipo y a la ciudad. La plantilla de Anquela, confeccionada para permanecer, es la envidia de la categoría y la más esperada por los contrarios. Todos quieren ganar al Alcorcón. 'Nos hemos convertido en el Madrid de la categoría por haberlos eliminado y por ir primeros', reconoce Nico, el director deportivo. 'Ahora los rivales cuidan a los lesionados para que estén contra nosotros, miran las tarjetas y hasta el público espera nuestra visita. La clave está en saber manejar esta situación', apunta Nico, que no saca pecho: 'El equipo no se confeccionó para ascender. No nos hemos encontrado nunca en esta situación'.

«Ahora somos como el Madrid, todos quieren ganarnos», asegura Borja

Nico ha vivido in situ la transformación ganadora del vestuario, ese espaldarazo moral que ha aumentado las prestaciones de la plantilla desde el baile y la posterior eliminación del Madrid: 'Aquello influyó en la autoestima de los jugadores. Pueden saber que son buenos, pero, si además lo demuestran ante equipos de primer nivel como el Madrid o el Racing, los refuerza'.

El mismo entusiasmo de Nico lo comparten los futbolistas. 'Ganar al Madrid nos dio confianza, fue un subidón. Nos demostró que podemos jugar bien en todos los campos', apunta el central Íñigo López. 'Se nota que ahora para muchos equipos nuestra visita es el partido del año. Estamos de moda y parece que los puntos contra nosotros valen más', prosigue sonriente el central. 'Además de por haber eliminado al Madrid, también es porque somos líderes', añade Ernesto. La sensación común es que ahora los contrarios los respetan más. 'No sé si será respeto o qué, pero ahora parece que es el partido de sus vidas cuando juegan contra nosotros', espeta el goleador Diego Cascón. Su compañero en la delantera, Borja , opina parecido: 'Ahora somos como el Madrid en nuestro grupo y nos tenemos que exigir más en cada partido. Los rivales lo dan todo y a nosotros no nos queda otra que subir un pistón y pedirnos más'.

«Cuidan a los lesionados para que jueguen contra nosotros», dice Nico

'Con la eliminación del Madrid, nos dimos cuenta de que este equipo tenía mimbres para hacer grandes cosas', señala el guardameta Juanma. 'A partir de ese momento, vimos que era posible tener las ideas claras y ganar a cualquiera', lo apoya Rubén Anuarbe. Con el autoestima por las nubes, y aunque lo reconozcan entre dientes, el vestuario tiene en mente el ascenso. 'El Getafe es el espejo en el que nos miramos', dice convencido Nico. 'Está claro que después de lo que hemos hecho y por estar donde estamos, no disputar el play-off de ascenso sería una decepción', apunta Vara, que debutó en Primera con el Atlético.

El equipo se siente eufórico, pero nadie, al menos públicamente, se atreve a vender la piel del oso antes de cazarlo. Y mucho menos su entrenador, Anquela. El técnico es el primero en descargar a los suyos de responsabilidad y presión: 'Por supuesto que el ascenso no es nuestro objetivo. Eso te lo marca el campeonato, pero no somos de los poderosos del grupo'.

Los alcorconeros lideran el grupo II de la Segunda B y aspiran al ascenso

Con todo, Anquela entiende que el Alcorcón sea ahora mismo el rival a batir por todos: 'Esas cosas son inevitables. Como hemos eliminado al Madrid, ahora damos morbo. Pero ya estamos acostumbrados'.

'Soy un entrenador dialogante y baso mi relación con la plantilla en el buen rollo', concluye Anquela para explicar el éxito de su equipo. Una transformación que convirtió a un conjunto diseñado para sobrevivir en la categoría en un puñado de futbolistas convencidos de que si el fútbol es un estado de ánimo, ellos pueden ser el Madrid de su categoría.

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