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Alemania se consuela

Acaba tercera tras imponerse con talento a Uruguay

GONZALO CABEZA

La final de consolación, esa que en realidad no consuela a nadie, es un partido atractivo por su intrascendencia. Los jugadores, que saben que su carrera no se definirá en ese encuentro, salen a la cancha sin tensión alguna y se dedican a jugar al fútbol. Por eso un partido que no sirve para nada se puede convertir en un gran espectáculo.

Este partido tuvo goles bonitos como el de Forlán, grandes errores, como los de Muslera y mucha más intensidad de la que se podría esperar en un principio. Hubo incluso un exceso de agresividad por parte de Aogo, que vio en los primeros minutos una amarilla que bien pudo ser roja por una patada a Diego Pérez.

Fueron noventa minutos de alternativas, Uruguay se adelantó en dos ocasiones aunque casi siempre fue a rebufo de Alemania en lo que a control de balón se refiere. Los germanos juegan mucho al fútbol, al menos lo hacen cuando enfrente no está delante España. Son uno de los pocos equipos que salen del campeonato reforzados y con la sensación de que todo está pensado para un gran crecimiento en los próximos años.

El mejor de ellos, Müller, marcó su quinto gol del campeonato, cosa que también hizo Forlán. Ambos están en cabeza del pichichi con Villa y Sneijder. Uruguay también sale con la cabeza alta de Suráfrica, después de 40 años desterrados de las semifinales el pequeño país de sólo tres millones de habitantes volvió a estar entre los mejores.

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