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Andy firma la paz, pero el público no perdona

Alberto vuelve a ser silbado al recibir el amarillo a pesar de haber zanjado el asunto de la cadena

EFE / M. A.

Llegaba la caravana del Tour a Pau comentando la imagen de la mañana. La charla del perdón. El aparte de dos amigos, supuestos tras las acusaciones del luxemburgués en Luchón, antes de volverse enemigos en la carretera. Las palabras de Contador a Andy Schleck. Ése 'lo siento' que se destaca en el vídeo que el de Pinto colgó en Internet, pasada las 11:30 de la noche, algo más de seis horas después del incidente de la cadena en el puerto de Balés. 'Hice un vídeo porque tengo muy buena relación con Andy Schleck y la situación no era agradable. Me apetecía hacerlo porque no me encontraba cómodo. Hemos hablado sobre lo que ocurrió y no vamos a permitir que se rompa nuestra relación por lo que sucedió ayer -por el lunes-', argumentaba Contador, de nuevo recriminado en el podio de Pau.

El de Pinto es ahora el villano para el público francés. Silbado en Luchón y, ayer, de nuevo en Pau. 'Me parece fatal que se silbe a un campeón', critica Laurent Jalabert en la televisión gala a sus compatriotas. Pero el pueblo ya dirigido su simpatía hacia el menor de los Schleck, aclamado en el podio, por segundo día consecutivo, como un héroe cuando recibe el maillot blanco de mejor joven. Una situación que también incomoda a Andy. Con paz entre él y Contador o sin ella. Pero especialmente con ella. El perdón se selló en esa charla matinal y se escenificó durante toda la etapa. Con gestos entre el amarillo y el blanco. Palmaditas y distensión en los últimos puertos. El preámbulo de la vuelta a la amistad que confirmó el discurso de Andy tras la fatiga. 'El Tour no se va a decidir por lo que pasó, el duelo llegará pasado mañana. Ya hemos hablado y no estamos enfadados. Esto no afectará a nuestra relación ni al desarrollo del Tour', zanjó Schleck.

Firmada la paz social, la guerra ciclista, la vendetta en la que se explayó Andy durante el calentón, obligada también, tras la reflexión, ante esos ocho segundos de desventaja ante Contador, se descifrará mañana en el Tourmalet, tras el descanso de hoy. 'A la etapa del jueves', manifestaba ayer el de Pinto, 'la tengo respeto, es durísima. Andy es un gran corredor y en la llegada al Tourmalet se pueden hacer diferencias grandes, más incluso que en la contra reloj'. Un razonamiento que Samu Sánchez comparte a medias. 'Si no estás bien, en el Tourmalet te caen minutos como gotas de agua', admite el del Euskaltel, quien respeta sobremanera la crono desde Burdeos a Pauillac. 'Creo, sinceramente, que las diferencias en la crono serán mayores que en el Tourmalet'.

El techo del Tour cierra las sensaciones de montaña de esta edición, el escenario de los últimos ataques de Andy Schleck. 'Si salgo del Tourmalet vestido de amarillo será importante, pero no definitivo', ahonda Contador. 'Soy líder por poco', prosigue el de Pinto, 'así que la carrera no está ganada, queda mucho Tour y lo importante es ser amarillo en París'.

Armstrong lo ha vestido en siete ocasiones. El récord de la prueba. Una leyenda que ayer recogió el homenaje durante 199 kilómetros. 'Quiero agradecer al público que me apoya, son muy amables y aprecio su reacción al verme luchando', se despide el de Austin.

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