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El Atlético se complica su Liga

El Leverkusen araña un empate ante un flojo campeón

ENRIQUE MARÍN

Si el desliz de Salónica (1-0 ante el Aris) complicó desde el inicio la andadura del Atlético en su Liga Europa, el empate ante el Bayer Leverkusen en el Calderón no sirve precisamente para enmendarla. Defender un título conlleva unas exigencias y el equipo de Quique Flores sigue sin estar a la altura. En ausencia del Kun, a quien la entrada de Gurpegui en San Mamés y la precipitación por estar ante el Barça le están pasando una excesiva factura, el Atlético pronto se dejó contagiar por el ritmo que le propuso el Leverkusen y el partido, que empezó plano, terminó arrugado.

Pese a contar con bajas tan importantes como las de Gonzalo Castro, Ballack y Kiessling, el planteamiento de Heynckes aturulló colectivamente al Atlético, de ahí que los mejores fueran los habituales. Al igual que De Gea, y a la espera de que las obligaciones de ambos con la sub 21 se lo permitan, Domínguez aporrea la puerta de Del Bosque para la absoluta, donde Marchena debería ir pensando en la jubilación. Del resto, poco que destacar. Quizás las ganas de Diego Costa, el rigor de Ujfalusi y destellos de Reyes.

En plena caraja rojiblanca, sin nada que ofrecer de medio campo hacia adelante, llegó el gol de Derdiyok a la salida de un córner. Como casi siempre, la única que reaccionó fue la grada del Calderón, pues su equipo siguió sin dar una a derechas. De Gea sacó un disparo de Barnetta que bien pudo ser el segundo de los alemanes.

Quique movió fichas en el descanso. Dejó en la caseta a Raúl García y Forlán para dar entrada a Tiago y Mérida. Con el marcador en contra y sin Agüero, la sustitución del goleador uruguayo sorprendió, aunque bien es cierto que su rendimiento estaba siendo ínfimo. Un penalti absurdo del veterano Hyypia a Mérida en las narices del juez de gol engrasó los reajustes de Flores. Simao no falló.

A falta de fútbol, más previsible que el final de las películas de James Bond, y al hiriente grito de échale huevos, el Atlético empezó a meter al Leverkusen en su campo. Ello obligó a Heynckes a refrescar la trinchera que Vidal y Balitsch habían cavado en el centro del campo. Reyes, a puerta vacía, tuvo el 2-1 y Helmes, también de cabeza, pero con De Gea bajo palos, el 1-2. Mejoró el Atlético en la segunda parte, pero no lo bastante.

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