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El Atlético pierde sin discutir

El Mallorca tumba con dos cómodos goles a un rival desganado

JOSE MIGUÉLEZ

Los futbolistas se enfadan cuando alguien señala hacia su actitud. Sostienen que ese concepto convertido en tópico es en su caso el mismo cada tarde. Pero no tienen razón. El Atlético murió de nuevo por su actitud. Exactamente por su falta de actitud. Porque pisó Mallorca con indiferencia, sin voracidad ni ambición, como si la victoria le fuera a caer sola o, lo que es peor, como si no le resultara necesaria. Nada que ver el Atlético de ayer con el que se atrevió a morder en la yugular al Barça, al Madrid, al Villarreal.

Cuando se decidió a aparecer, el Mallorca ya tenía el marcador de su parte. Y no porque su millonaria apuesta, la titularidad de Jurado a precio de 120.000 euros, resultara decisiva. Sino porque sin hacer mucho, al menos intentó ganar. Y porque no se puede jugar dormido al fuera de juego, como hizo el Atlético, tirar hacia arriba la línea defensiva sin muchas ganas de presionar la posesión del rival. Por eso Arango encontró tanta facilidad para sortear la trampa rojiblanca y regalarle un caramelo a Aduriz, quien, sin nadie cerca, la pelota botando y Leo a media salida, sólo tuvo que rematar una caricia.

Tras el 1-0, el Atlético, siempre sin entusiasmo, se animó a acercarse a Aouate. Pero entonces se encontró con un Mallorca menos descubierto y más ordenado. Conforme con el marcador, Manzano prohibió riesgos, alertó a los suyos contra el contragolpe rival y obligó a los madrileños a buscar la prosperidad desde un ataque estático. O sea, el que peor le va. Sobre todo si, como ayer, se adentra en la aventura sin ninguna voluntad ni fe.

Tras el descanso, Abel hizo como que se la jugaba. Y no tanto por el resultado, que también, como por la suma de accidentes. Un percance muscular había retirado a Antonio López a los 12 minutos y un golpe brutal contra la cabeza de David Navarro dejó fuera de combate a Heitinga (perdió el conocimiento y fue trasladado a un hospital con traumatismo craneoencefálico) segundos antes del intermedio. Abel corrigió la ausencia del holandés entregándole todo el lateral derecho a Sinama, una escenificación de que estaba decidido a apostar la cita a todo o nada.

Fue finalmente una maniobra de artificio. El Atlético atacó más, incluso estrelló un balón en el larguero (Maxi) en su único tiro, pero nunca se soltó la melena. Tampoco se le vio torcer el gesto por la derrota. Con Forlán reiterativo en el error y Kun desaparecido, el Atlético, plano y desganado, no intimidó a un Mallorca que vivió cómodamente el resto de la noche a la defensiva, convencido de que su triunfo no corría peligro. El Atlético no hizo nada por cambiarle la opinión. Se conformó con perder y hasta regaló la sentencia. Y se fue tan campante.

Mallorca (2): Aouate; Scaloni, David Navarro, Nunes, Ayoze; Martí, Cleber Santana; Varela (Mario, m.73), Jurado (Castro, m.84), Arango; y Aduriz (Webó, m.90).

Atlético (0): Leo; Heintinga (Sinama, m.46) Pablo, Ujfalusi, Antonio López (Seitairidis, m.12); Camacho (Banega, m.57), Raúl García; Maxi, Simao; Forlán y Agüero.

Goles: 1-0. M.24. Arango supera la línea defensiva del Atlético con un globo y Aduriz bate con otro la media salida de Leo. 2-0. M.90. Sinama regala la pelota y el Mallorca monta un cómodo contragolpe a tres toques que culmina Castro.

Árbitro: R. Domínguez. Amarilla a Ujfalusi, Pablo, Martí, Scaloni.

Ono Estadi: 15.000 espectadores.

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