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Amnistía Internacional denuncia el lavado de imagen de Azerbaiyán con la Fórmula 1

“La llegada a Bakú de la competición automovilística más importante del mundo no debe apartar la atención de los ataques del gobierno contra la sociedad civil”, dice la ONG

El circuito de Fórmula 1 de Bakú. REUTERS/Maxim Shemetov

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MADRID.- La Fórmula 1 llega este fin de semana a Azerbaiyán, en un nuevo episodio de carrera que sirve como lavado de imagen para un régimen que, como Bahréin o Abu Dhabi, pisotea los derechos humanos.

“La llegada a Bakú de la competición automovilística más importante del mundo no debe apartar la atención de los ataques del gobierno contra la sociedad civil”, afirma Denis Krivosheev, director adjunto de Amnistía Internacional para Europa y Asia Central.

La ONG ha llamado este jueves a la comunidad internacional a "no dejarse engañar por los esfuerzos superficiales por suavizar el historial de derechos humanos de Azerbaiyán, que sigue siendo nefasto".

Defiende Amnistía que desde principios de este año las autoridades azerbaiyanas han puesto en libertad a varias decenas de presos -varios de ellos de conciencia-, ante la caída de los ingresos por petróleo y la creciente presión internacional. Estos indultos "no han abordado ninguno de los motivos de preocupación en materia de derechos humanos que persisten desde hace mucho en Azerbaiyán, y tampoco han puesto fin a las detenciones, por cargos falsos, de personas críticas con el gobierno", según la ONG.

“La reciente liberación de dirigentes de ONG y activistas no debe llevar a nadie a engañarse y pensar que en Bakú los vientos están cambiando. Las personas que han sido puestas en libertad no son ahora más libres de hablar que cuando estaban encarceladas. Sus celdas vacías las han ocupado nuevas víctimas”, asegura Krivosheev.

Amnistía dice haber documentado, a día de hoy, catorce presos de conciencia en Azerbaiyán. "Y es muy probable que haya más", señala. La nueva investigación publicada hoy revela una oleada de nuevas detenciones, por cargos falsos, de personas críticas con el gobierno y de familiares de quienes, desde el extranjero, siguen denunciando la situación.

“Azerbaiyán se ha presentado asiduamente como candidato a eventos internacionales como pantalla de humo para ocultar su represión, alimentada por el petróleo. ¿Y qué puede encajar mejor en esos planes que la Fórmula 1? No se debe permitir que el rugido y el humo de la competición ahoguen los gritos sofocados de los atormentados defensores y defensoras de los derechos humanos”, agrega Krivosheev.

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