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Los banquillos a examen: del 'Cholo' al 'Tata'

JORGE YUSTA

La Liga bajó este domingo el telón a una temporada apasionante, que premió el esfuerzo colectivo impuesto por el Atlético de Madrid frente al poderío financiero de Barcelona y Real Madrid. Una alternativa real a un duopolio que hacía peligrar el interés por el campeonato. Y sin tiempo casi para digerir los éxitos y los fracasos de los veinte equipos que han competido durante estas 38 jornadas, es hora de analizar -a tiempo de no ser atropellados por la final de la Champions- a los inquilinos de sus banquillos. Esos a los que se carga de culpas en la derrota y teloneros en la victoria. El baile ha comenzado.

Precisamente, los que se jugaron el título el sábado en el Camp Nou suponen la cara y la cruz de esta Liga. Diego Simeone se eleva como el gran triunfador del curso. No existe atlético que no se haya abonado de por vida al cholismo, esa filosofía (casi religión) que resumía ayer perfectamente el técnico argentino: 'Si se cree y se trabaja, se puede'. Aparte de la exigencia física, táctica y futbolística, el Cholo ha sabido imponer todo un estado de ánimo en unos jugadores a los que ha sacado lo máximo de sí mismos. Esta Liga es la del Cholo y los 'cholitos'. Todo el proyecto atlético pivota sobre él. Y puede rematar el éxtasis si gana al Real Madrid el sábado en la final de la Champions.

En el otro extremo, la depresión del fracaso se ha encarnado en Gerardo Martino. El 'Tata' llegó al Barça como un paracaidista por la enfermedad de Tito y ha terminado estrellado contra la realidad de un club imbuido en un caos absoluto. Criticado desde antes de pisar el Camp Nou, Martino se perdió al intentar modificar el estilo. Los jugadores se contagiaron de su bonhomía hasta desbibujar por completo al equipo que había asombrado al fútbol en el último lustro. Nada más perder la Liga ante el Atlético anunció lo inevitable, su salida del club azulgrana. Tiene trabajo el iron man Luis Enrique, que asume el mayor reto de su carrera tras un agradable paso por Vigo. Su atrevimiento permitió al Celta transitar sin agobios por el curso. La directiva celeste ya le busca sustituto y suena con fuerza Eduardo Berizzo.

De los grandes, el Real Madrid lo ha fiado todo a la final de la Champions. Tras ella se trazará la línea que ha marcado Carlo Ancelotti, cuya continuidad es segura. El técnico ha logrado, en su primera temporada, reconciliar al equipo y la afición con la paz tras la convulsión de Mourinho. Y ha demostrado altura táctica y psicológica en las cimas de la temporada, en la final de Copa contra el Barcelona y en la semifinal de Champions contra el Bayern. Sin embargo, la destensión liguera tras el pase a Lisboa ha sido impropia de la talla del club blanco. Una oportunidad de lograr un histórico triplete tirada por la borda.

Esta Liga ha sido también la de la confirmación de cuatro entrenadores que muestran el buen estado de salud de la pizarra española. Son los casos de Ernesto Valverde, Unai Emery, Marcelino García Toral y Paco Jémez. El primero ha hecho olvidar a Bielsa en San Mamés alzando al Athletic a una cuarta plaza que le abre las puertas de la Champions dieciséis años después. Con el nuevo feudo bilbaíno como bastión, el fútbol del Txingurri ha sido un soplo de aire fresco.

Emery, por su parte, ha logrado el primer título de su carrera, ni más ni menos que una Europa League después de pulir una plantilla en bruto. En Liga, su Sevilla ha logrado terminar quinto pese a los dubitativos inicios. En Villarreal, nadie se acuerda de que el año pasado estuvieron en Segunda. No ha habido transición. Solo ascensión. El conjunto amarillo ha vuelto a encandilar y jugará en Europa la próxima temporada. Y en Vallecas, sin dinero para fichar, Jémez ha demostrado que también se puede jugar al toque siendo humilde y lograr salvarse por el camino. Anoche anunció que sus opciones de seguir son mínimas. Novias no le faltarán.

Los milagros se han obrado en Getafe y Almería de la mano de Cosmin Contra y el imberbe Francisco. El rumano llegó tras la peor racha de derrotas de la historia del club del sur madrileño con Luis García y ha cumplido con creces logrando la permanencia, aunque fuera de forma agónica. Su continuidad en el Coliseum parece garantizada. Lo mismo que la de Francisco Javier Rodríguez, cuya labor fue sostenida por el club en los momentos más delicados. Les ha devuelto la confianza mantiendo en Primera al equipo almeriense. Todo un logro. 

Este fin de curso deja los actos de contrición que deben hacer el Valencia y el BetisEste fin de curso deja dos actos de contrición. Los que deben hacer el Valencia y el Betis. En Mestalla, cuya propiedad no se ha despejado hasta este mismo fin de semana, salió rana la llegada de Miroslav Djukic. Enzarzado contra sus propios jugadores, no llegó a las navidades. Y la irrupción de Juan Antonio Pizzi no ha terminado por dar los frutos queridos. Caído con desgracia en la semifinal de la Europa League, no ha dado en Liga la regularidad necesaria al equipo para meterlo en las competiciones continentales. Ahora, su puesto depende de los gustos del nuevo dueño ché, el singapurense Peter Lim.

En el Betis el drama ha sido mucho mayor. El peor equipo con diferencia de Primera. El descenso lo consumó Gabriel Humberto Calderón. La impaciencia de la directiva mandó a casa a Pepe Mel, que le había llevado a jugar en Europa. El cambio por Garrido fue peor remedio que la enfermedad. Y en los clubes que acompañarán a los verdiblancos en la categoría de plata tendrán que discernir a toda velocidad si mantienen a Juan Ignacio Martínez y Javi Gracia. 

Habrá seguro cambio de cromos en Málaga, Granada y Espanyol. Bernd Schuster se marcha del club costasoleño con aires tibios, como la clasificación del equipo. No ha encajado el carácter del alemán ni con la idiosincrasia del club y con los gustos de su afición. En tierra de nadie, su paso por La Rosaleda poco se recordará. Mientras, Lucas Alcaraz esperó a dejar salvado a su Granada para anunciar que prefería dejar al equipo en renovadas manos. Un ejercicio de valentía y coherencia. Y Javier Aguirre ha dado por cerrada su etapa con técnico perico tras dos temporadas llenas de emociones fuertes, como las que desprende el mexicano.

Por último, Real Sociedad, Levante, Elche darán continuidad a los proyectos de Jagoba Arrasate, Joaquín Caparrós y Fran Escribá. Los donostiarras se han quedado al final con la miel en los labios y pese a desplegar un fútbol vistoso y competitivo, en ocasiones ha perdido fuelle sin explicación. En el Ciutat de Valencia la música del técnico utrerano gusta y el equipo ha vivido con tranquilidad la temporada. Y el hito ilicitano de aferrarse a Primera tiene su base en el trabajo serio del técnico valenciano.

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