'Hay vida después de los 40', aseveró ayer Joan Laporta, pero David Barrufet ha decidido no prolongar la suya como portero del Barça más allá de los 40 años, por más que el entorno le rete y el cuerpo aún le aguante después de 23 dándole tralla al máximo nivel. Lo forzará hasta final de curso, justo antes de soplar las 40 velas (el 4 de junio), y entonces el último representante del dream team forjado por Valero Rivera abandonará su inseparable uniforme amarillo y se vestirá la corbata y el traje para defender, como abogado que es, los intereses azulgrana desde los despachos del club.

Lo anunció ayer el meta, uno de los mejores de la historia, 77 títulos a sus espaldas, siete Copas de Europa y 11 Ligas entre ellos, ante un concurridísimo auditorio, para atajar las especulaciones sobre su futuro y no interferir en la marcha de su equipo. 'Siempre dije que me retiraría cuando aún estuviera bien de físico y de cabeza; de momento, es así, pero el año que viene no lo sé. Cuando empiezas a pensar en otras cosas y en estar más con la familia, es mejor dejarlo', esgrimió antes de dedicar un emocionado recuerdo a su hermano, fallecido hace 12 años. 'Juego por él y toda mi carrera está dedicada a él', señaló con la voz entrecortada y las lágrimas contenidas, tras destacar a Lorenzo Rico, su maestro, entre los agradecimientos.

'Como primero o como segundo, David siempre ha estado en los momentos importantes', resaltó Valero. 'Barru le ha dado mucho al Barça; es uno de sus superhéroes. Y cuando deje el equipo integrará la estructura jurídica del club', anunció Laporta, ante la mirada de ex compañeros como Chepkin, OCallagham y Masip; antiguos técnicos como Valero y Espar; representantes de todas las secciones del club, así como sus actuales compañeros y técnico y su familia. 'De todos estos años, me quedo con los amigos y con los colores del Barça, que es lo más importante', concluyó Barrufet.