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Bernabéu no hubiera sido presidente del Madrid con los Estatutos de Florentino

Impone una presidencia para ricos en la que sólo alguien podría serlo con 80 millones de patrimonio y 20 años de socio en el club

ALFREDO VARONA

Aquel día de la primavera de 2005, Florentino Pérez se quedó loco a la hora del desayuno. Todavía era presidente del Real Madrid. Todavía estaba en su primera etapa. Pero aquel día no se le olvidará jamás. Él, que es hombre de tradiciones, se enteró de una noticia que casi interpretó como una catástrofe. Malcolm Glazer, el multimillonario estadounidense de origen judío, propietario de los Tampa Bay Bucanners, compraba el Manchester United por 1.200 millones de euros. No era un equipo más. Era uno de los grandes orgullos del fútbol europeo, una parte de su historia, de todos nosotros, incluso. '¿Adónde estamos llegando?', se preguntó Florentino.

Siete años después, Florentino, de nuevo, preside el Real Madrid. Pero apenas ha coincidido nunca con Malcolm Glazer. Ni él ni casi nadie del fútbol. Glazer vive en Florida, ajeno seguramente a lo que representa el espíritu de su hinchada, y no se recuerda que haya pisado el palco de Old Trafford en partido oficial. '¿Qué hace un empresario viviendo a miles de kilómetros de nuestra ciudad muy cerca de los grandes coches y de los centros comerciales de lujo, las palmeras y las playas de arena blanca, lejos de los ferrocarriles que ha marcado el crecimiento del United?', se ha preguntado en voz alta el famoso periodista Kevin Grogan. 'Aquí, en Manchester, casi nadie le quiere y si alguna vez vienen sus hijos al estadio están protegidos por guardaespaldas, porque, en realidad, nadie entiende cuál es la gestión de Glazer'.

Desde ayer, Florentino Pérez ya puede respirar tranquilo: ya es prácticamente imposible que esto pueda pasar en el Madrid o que el club caiga en manos de los jeques árabes, los amos del petróleo, la última moda del fútbol europeo. Los nuevos Estatutos, aprobados en la Asamblea de compromisarios, han endurecido las normas para ser presidente. Ya no basta sólo con una gran fortuna. También se exigen veinte años como socio del club (el doble que antes), lo que desobedece a la historia. Sin ir más lejos, a los 35 años de Santiago Bernabéu al frente de la presidencia, en los que el Madrid ganó 16 ligas y seis Copas de Europa. Bernabéu, sin embargo, no pasó por este requisito que ahora Florentino impone, porque 'el club no puede estar abierto a todo el mundo. Una cosa es ser los dueños y otra la afición. Hay niños de catorce años, que son socios impregnados de madridismo, porque son hijos de otros que dentro de 20 podrán ser presidentes'.

'Avalar con patrimonio personal un 15% del presupuesto es la única forma de evitar que venga un tercero a avalar a otro tío'

Para Florentino, 'veinte años no son muchos'. Al contrario. 'Cuánto más tiempo llevas en un club más sientes los colores'. Aunque ese no parezca el caso de Malcolm Glazer, que interpreta el Manchester con la óptica exclusivamente empresarial del primer día. Pero lo que no detalló Florentino, quizá porque es obvio, es que esos niños, que hoy tienen 14 años, dentro de 20 deberán ser multimillonarios. De lo contrario, no tendrán posibilidad de dirigir el Madrid. Los nuevos Estatutos, aprobados por 1.031 votos a favor a mano alzada de los 1.241 asistentes, exigen 'un patrimonio personal que asegure el 15% del presupuesto del club', lo que con las actuales cuentas blancas serían 80 millones de euros. 'Es la única forma de evitar que venga un tercero a avalar a otro tío', explicó Florentino, que insistió que no es algo ilegal. 'Desde que en el año 1990 cuatro equipos, Real Madrid, Barcelona, Osasuna y el Athletic Club, decidieran no convertirse en una Sociedad Anónima Deportiva, todos tenemos la obligación de avalar el 15% del presupuesto. Pero esto es por ley, no porque lo diga yo'.

Las nuevas normas de Florentino son tan duras que, según los últimos datos tributarios, sólo 233 personas en toda España superarían los 30 millones en bienes.

A Vicente Boluda, por ejemplo, no le afecta nada de esto. Él, que maneja la posibilidad de volver a presidir el Madrid, cumple con los años de socio y es multimillonario. Tiene la tercera flota del continente en salvamento marítimo con una facturación anual próxima los 450 millones de euros. Pero entiende que esta medida de Florentino es una manera de alejar al club de los socios. 'Que me digan por qué un socio, que se va a someter al voto de 120.000 no se puede presentar. Y que no me digan que es para proteger al club de la llegada de un magnate'.

El polémico ex presidente Ramón Calderón tampoco está de acuerdo con la idea. 'Si alguien impugnará la obligación de presentar el aval le darían la razón'. Su diagnóstico también es real. 'Se limita que haya gente capacitada para ser presidente del club'. Sin embargo, desde el domingo, Florentino ya duerme tranquilo: en Chamartín ya no puede aparecer un multimillonario que venga desde Florida como Malcolm Glazer. Ni siquiera desde los Emiratos Árabes con barriles de petróleo. Pero para lograrlo ¿es necesario que el Madrid se aleje definitivamente de la clase media? Piensen, por ejemplo, en Carlos Sainz, campeón del mundo de rallies que, desde hace años, pregona su idea de presidir el Madrid. ¿Tiene ese patrimonio?

Es más, ¿no ha pasado a ser más difícil ser presidente del Real Madrid que de los Estados Unidos? Barack Obama, cuando se presentó a la presidencia del país en 2008, no era millonario.

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