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Bolt resurge de sus cenizas

El estadounidense Dix (19.70) y el francés Lemaitre (19.80) completan una final de altísimo nivel

IGNACIO ROMO

Bolt está vivo. El jamaicano salía ayer en la final de los 200 metros con mucha presión encima. Aunque no se le notara. La descalificación del pasado domingo en la final de 100 metros (por una clarísima salida nula) se había convertido en una pesadísima mochila para el triple plusmarquista mundial. Pero ayer Usain volvió a ser el de siempre, el de sus mejores noches.

Final de 200 metros. Bolt parte por la calle 3, una curva demasiado cerrada para él. El jamaicano despliega una vez más su show ante la cámara, esa representación gestual con la que se ganó la simpatía del público, pero también muchas críticas tras su descalificación en el hectómetro. No se detecta nada de tensión en su rostro y termina su teatro habitual con su característica pose del arquero.

Los atletas se elevan en los tacos. Suspense. Durante unos instantes se encoge el alma del estadio de Daegu. Pero no hay salida nula. Bolt arranca tarde, seguro. En su empeño por no escaparse (como sucedió en series y semifinales), volvió a regalar centésimas a sus rivales. De nuevo fue el peor de los finalistas en reaccionar al disparo: lo hizo 19 centésimas después.

Bolt fue muy conservador en la curva. Ahorró energía y reservó fuerzas para la recta final. Es un gran especialista en 200 metros. En la recta se despidió de todos. Impulsó con fuerza y desplegó su mejor zancada (ha sido medida en 2,70 metros) para alejarse de todos sus rivales. El estadounidense Walter Dix fue el que más se le acercó. Y el francés Lemaitre, el mejor velocista blanco, cuajó otra de sus mejores actuaciones.

Bolt paró el crono en 19.40. Su tercer mejor tiempo después de los 19.19 de Berlín-09 y los 19.30 de los Juegos de Pekín. Es la cuarta mejor marca de siempre en los 200 metros, también por detrás de los inolvidables 19.32 de Michael Johnson. Dos grandes especialistas con estilos opuestos. Bolt, un hombre de zancada larga. El tejano, una máquina de coser, zancada corta y frecuencia altísima.

'Salí para demostrar que sigo siendo el mejor', declaró el jamaicano

Bolt oscureció un gran duelo, el que protagonizaron por detrás Dix y Lemaitre. El estadounidense, de 25 años, hijo de un entrenador de atletismo, logró una valiosa plata con 19.70. El francés, con 19.80, protagonizó la mejor prestación de un velocista blanco en 200 metros si se tiene en cuenta que el italiano Pietro Mennea logró sus 19.72, récord europeo, en la altitud de México.

'Salí para demostrar que sigo siendo el mejor', señaló el jamaicano tras ganar el oro. 'Se trata simplemente de correr fuerte, rápido y fuerte, y acabar la tarea. Por eso estoy feliz', concluyó. Hoy disputa los relevos 4x100 metros, prueba en la que no tomará parte Asafa Powell. Pese a todo, Jamaica pretende batir al cuarteto de los Estados Unidos.

Walter Dix señaló que 'quería el oro para los Estados Unidos pero no ha sido posible. Bolt ha hecho una gran carrera y también Lemaitre. Yo ahora tengo que volver a casa y trabajar duro', indicó el subcampeón mundial.

Lemaitre soñaba con la medalla de plata. 'Pensé que tenía posibilidades. Veía a Dix pero creo que perdí tiempo en la curva. Ya dije que confiaba en subir al podio, sentía que tenía un gran crono en mis piernas', confesó el francés tras la prueba.

La otra gran final de ayer fue la de los 100 metros vallas. La australiana Sally Pearson venció con un crono de 12.28. Además de romper la maldición del Boletín IAAF (casi todos los días el atleta que aparece en la portada queda gafado), Pearson, de 25 años, logró el mejor crono en esta especialidad de los últimos 18 años. La australiana, que lleva 17 carreras consecutivas sin conocer la derrota, estaba feliz: '¡Deseaba esto tanto!', señaló tras su victoria.

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