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Las chicas de bronce

Erika Villaécija y Mercedes Peris suman dos nuevas medallas para España

IGNACIO ROMO

Erika nunca falla. Lleva una década en primera línea del fondo mundial y jamás defrauda. Es la nadadora fiable. La barcelonesa, la chica que lleva dos décadas sumando largos en la piscina del CAR de Sant Cugat bajo el escrutinio de Joan Fortuny, su preparador, siempre está a su nivel, sin estridencias pero sin fracasos. Fue campeona de Europa en 2004, logró dos platas enEindhoven 2008 y ayer se colgó el bronce en los 1.500 libre en Budapest. No se debe olvidar que en el fondo femenino los Europeos tienen un nivel similar al de los Mundiales. El viejo continente tiene a las mejores fondistas del mundo.

Erika domina los ritmos con los ojos cerrados, lee muy bien las carreras y encuentra rápidamente su sitio en las finales. Así lo hizo ayer. La danesa Lotte Friis partió con una consigna muy clara. El plan consistía en ponerse en cabeza, imprimir una cadencia de brazadas muy exigente y sentenciar la carrera desde el principio. Por eliminación. Le siguieron a una distancia razonable la irlandesa Murphy, una fondista de sólo 17 años, la rumana Potec y Villaécija. Friis era ya primera al paso por los 100 metros, Murphy era segunda. Erika aún necesitó unos largos para sacudirse a la rumana pero pronto lo consiguió. Las posiciones ya no iban a variar en los largos restantes. Era tan sólo cuestión de concentración, de esa dureza mental necesaria para soportar 30 largos de 50 metros a un ritmo elevado y constante. A Erika le ayudan sin duda sus estudios de psicología para sobrellevar el desgaste mental del esfuerzo.

Ya sólo cambiaron las diferencias en el crono, que se agrandaron, pero no las posiciones. Al paso por los 800 metros Friis tocó la pared en 8:27 y Erika en 8:31, un ritmo extraordinario para la española, muy similar al que marcó el día de la final de 800. Villaécija seguía tercera. ¿Aguantaría ahí? Sí. Su distancia con la danesa y la irlandesa aumentaba, pero también lo hacían las diferencias con Potec la cuarta clasificada, que ya no le daría alcance. El bronce era suyo.

La catalana detuvo el crono en 16:05.08. Antes habían tocado la pared la danesa, única que rompió el muro de los 16 minutos con 15:59.13, y la joven irlandesa (16:02.29). Potec, campeona olímpica de los 200 libre en Atenas 2004, fue cuarta con 16:16.67.

La escuela española de espalda se ha hecho femenina de pronto. Si Duane de Rocha sorprendió con su bronce en los 200 metros al comienzo de los Europeos, ahora ha sido la valenciana Merche Peris la que ha demostrado que se acerca una nueva edad de oro, de momento de bronce, para las espaldistas. Dos años después de la retirada de Nina Zhivanevskaya, España vuelve a presumir de espaldas mojadas. Peris nadó de forma antológica la final de los 50 metros espalda dando siempre la sensación de estar entre las medallistas. Estuvo muy cerca de la plata siempre y señaló un crono de 28.01, un nuevo récord de España.

Aunque su salida no fue de las mejores, Peris mostró una excelente progresión. La prueba se la adjudicó la bielorrusa Aliaksandra Herasimenia que dominó la prueba desde la salida y con sus 27.64 señala un nuevo récord de los campeonatos. La alemana Daniela Samulski se colgó la medalla de plata tras resistir el empuje de Peris.

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