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Chicharito sale y congela Mestalla

El United gana al final un duelo que el Valencia no mereció perder

SALVA TORRES

Fue entrar y besar el santo. El mejicano Chicharito Hernández cogió un balón al borde del área y dejó frío al Valencia a cinco minutos del final. Un partido tan equilibrado, vino a romperse por culpa de un chispazo. No mereció perder el Valencia, tampoco quizás el Manchester. La culpa de que el empate no fuera el resultado lógico la tuvo el mejicano, puro chili, y Nani, que se enchufó en los últimos minutos del partido con sus eléctricos desbordes.

El caso es que ninguno de los dos contendientes quiso perder. Se tenían mucho respeto. Así fue como transcurrió todo el partido: los dos equipos con las líneas muy juntas, tapando el más mínimo agujero y moviéndose a ritmo de metrónomo. Por eso Tino Costa apenas entró en juego, ni el Chori Domínguez. Fueron Albelda, rápido al corte, David Navarro, seguro como un faro, y Mathieu, barriendo su banda, los que destacaron. Predominó el pegamento y faltó vaselina. Enfrente, Carrick y Fletcher le pusieron tirantes al centro del campo, dejando que fuera Anderson, muy escurridizo, la pimienta en ataque.

La salida del mexicano enchufa a Nani y rompe a los locales

Ninguno perdía la posición y eso que Pablo lo intentó por su banda con la fe del vendedor de biblias. Suyas fueron las mejores incursiones, las más desequilibrantes. Pero el Manchester tampoco sufrió, desplegándose como un acordeón cada vez que Carric y Fletcher se hacían con el balón. No estaban Scholes, ni Giggs, ni Rooney, pero eso a los ingleses les da igual: tienen un patrón de juego que ejecutan casi con los ojos cerrados.

Al Valencia, sin Villa y Silva este año, también parece gustarle jugar sin sus estrellas. Se ha hecho más equipo, menos dado a cortocircuitos, a ráfagas de viento. Y cuando alguna grieta aparece, surge el redivido César para echar el cerrojo. Salvó a su equipo en un disparo a bocajarro de Berbatov ya entrada la segunda parte. El marcador no se movía, a pesar de que ambos conjuntos echaron más leña en su sala de máquinas. La salida de Aduriz por Chori Domínguez añadió un punto de sal a un encuentro para nada soso.

Pablo lo intenta por su banda con la fe del vendedor de biblias

Soldado también tuvo su oportunidad a falta de un cuarto de hora: Miguel centró desde la derecha y el delantero peinó ligeramente desviado. Manuel Fernandes, que entró por un apagado Tino Costa, lo intentó con un duro disparo que repelió Van der Sar. El Valencia, más entero, buscó desequilibrar a su favor un partido jugado de poder a poder, entre gigantes. Emery empujó desde la banda a los suyos, crecidos en los últimos minutos. Lástima que el mejicano Hernández saliera al final para aguar la fiesta valencianista. Un golpe bajo, sin duda.

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