'La transparencia no es un muro contra la corrupción pero hace más difícil que pueda haber situaciones ilegales'. Quien lo dice es Lluís Recoder, alcalde de Sant Cugat (Barcelona), distinguido este año por la ONG Transparencia Internacional como el municipio más transparente de España. Con un ejemplo doméstico, Recoder explica de manera sencilla por qué la claridad ahuyenta la corrupción: 'Ser transparentes es tender la ropa a la vista de todo el mundo. Y para enseñar la casa, hay que tenerla en orden, nadie te deja entrar en el dormitorio si las sábanas están revueltas'.

Con una población superior a 76.000 habitantes, Sant Cugat encabeza un ranking de transparencia en cuyos primeros puestos también se sitúan Alcobendas, Avilés, Bilbao (empatados en la segunda posición), Gijón y Mataró.

La web municipal de Sant Cugat ofrece una completa información urbanística, presupuestaria y contractual. Es cierto que se refieren siempre al ejercicio anterior, pero cualquier ciudadano sostiene el Gobierno local puede obtener los del año en curso previa petición al ayuntamiento. 'Lo que hacemos es cumplir la ley', dice Recoder, militante histórico de CiU y alcalde de la localidad desde 1999.

Recoder sostiene que la apertura informativa da 'seguridad jurídica' a los funcionarios. Y ello porque la transparencia evita 'las presiones': 'Si una adjudicación se está tramitando de forma que todo el mundo conoce los pasos que se van dando, es difícil que alguien intente presionar a quien tramita porque la gente conoce las normas', alega.

La transparencia, dice, se traduce en una Administración más ágil: 'Los funcionarios saben que pueden asumir riesgos [dar información] para facilitar las cosas al ciudadano y evitar el vuelva usted mañana', razona.