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El clásico de Jesús Gil

DAVID MIRANDA

Los caminos del fútbol, en ocasiones, toman unos derroteros que agrandan su aura. La cantidad de nombres y apellidos que pululan a lo largo y ancho de la geografía española es difícil de cuantificar. Pero la casualidad ha querido que sea un nombre y un apellido en concreto el que pite el clásico de este sábado en el Santiago Bernabéu: Jesús Gil.

Por supuesto, no se tratará del desaparecido expresidente del Atlético de Madrid, sino del árbitro de moda en el fútbol patrio: Gil Manzano. El joven colegiado extremeño está licenciado en Ciencias Ambientales y tiene dos másters, uno en prevención de riesgos laborales y otro en Ingeniería y Renovables. Es natural de la localidad pacense de Don Benito, donde nació hace tres décadas. Este sábado, a sus 30 años, afrontará el primer clásico de su meteórica carrera como profesional.

Su trayectoria ha estado siempre marcada por la precocidad: con 17 años debutó en Tercera División y con sólo 22 consiguió el ascenso a Segunda B. Finalmente, cuando su DNI marcaba 27 años, y después de solo tres temporadas en la Liga Adelante, Gil Manzano conseguía ascender a Primera en el año 2012, permitiendo que Extremadura recuperase a un representante en la máxima categoría del arbitraje español tras perderla en el 2005 con la baja de Fernando Carmona Méndez. Año y medio después de alcanzar la Liga BBVA, fue nombrado árbitro internacional FIFA, convirtiéndose así, a los 29 años, en el colegiado español más joven en lograr dicha distinción.

Ahora se estrena como colegiado en un Real Madrid-FC Barcelona, un duelo que poco o nada tiene que ver con todos los que ha pitado hasta la fecha. Se trata de un choque donde la rivalidad es máxima, donde cada jugada se mira con lupa y en el que cada decisión arbitral sirve para rellenar horas de tertulias y páginas en los medios escritos. A su favor cuenta con que en la previa del partido no se puede analizar su ‘posicionamiento', es decir, si sus decisiones han beneficiado o perjudicado más a un equipo u otro, ya que no tiene jugadas de anteriores duelos que se le puedan echar en cara. A partir de este sábado, la historia cambiará radicalmente.

Ha pitado en siete ocasiones al Real Madrid en Liga, con cinco triunfos madridistas (cuatro en idéntico número de partidos en el Santiago Bernabéu, y uno en Almería), un empate (en Valladolid, 1-1, en la campaña 2013-14) y una derrota (ante el Real Betis, 1-0 en Sevilla, 2012-13). En la presente campaña, Gil Manzano pitó el Real Madrid-Córdoba (2-0), de la primera jornada liguera. Al Barcelona le ha arbitrado únicamente en dos ocasiones en Liga, ambas en casa, y con goleadas al Espanyol (4-0, campaña 2012-13) y Real Sociedad (4-1, en 2013-14).

Joaquín Ramos Marcos, antiguo árbitro internacional que ejerció como colegiado desde finales de los años 70 hasta principios de los 90, y que actualmente colabora como comentarista de arbitrajes en distintos medios, charló con Público y no duda de la capacidad del joven colegiado extremeño: 'Sí es un árbitro internacional, está preparado para pitar un Madrid-Barça. Otra cosa será como salga del partido según las decisiones que tome durante el mismo, pero estar preparado, lo está'. Ramos Marcos reconoce que Gil Manzano es un árbitro que le gusta porque 'hace las cosas bien, sin complicarse, y ese es el camino que tiene que seguir este sábado'.

El excolegiado internacional, que pitó varios clásicos a lo largo de su carrera, asegura que este tipo de duelos son totalmente distintos al resto de partidos: 'Los enfrentamientos entre el Real Madrid y el Barcelona son otra cosa. No es un partido cualquiera, debes estar concentrado al cien por cien y tener esa pizca de suerte en las acciones más comprometidas, que en un choque de estas características siempre hay. Estos partidos tienen una carga psicológica sobre los colegiados, que tienen que saber resolver rápidamente', advierte.

Así, Jesús Gil saltará al verde del Santiago Bernabéu para firmar una página más, la más importante quizás, de su fulgurante acta como colegiado. Pero su precoz hoja de servicios no le servirá de nada durante los 90 minutos que dure el clásico. Hora y media en la que será la persona más vigilada y juzgada del planeta fútbol.

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