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¿Cualquiera puede correr una maratón?

Análisis de las exigencias y mejores hábitos para participar en una de las pruebas más atractivas del mundo.

¿Cómo se debe afrontar una prueba deportiva de tanta exigencia como una maratón?

El mensajero griego Filípides nunca podría imaginar que su agonizante viaje inspiraría una leyenda que daría paso a una de las competiciones deportivas más míticas del planeta. Según el autor consultado, fue a comunicar la victoria sobre los persas o más bien a pedir refuerzos, recorrió 42 kilómetros desde Maratón hasta Atenas o los 225 que separan la capital griega de Esparta. Sea como fuere, la victoria en la batalla y la heroicidad de Filípides dan sentido y valor a una carrera que es el sueño y objetivo de todo runner. Pero, ¿cualquiera está preparado para correr una maratón?

Si atendemos a la opinión de los profesionales, en este caso de Almudena Sánchez (Lic. Educación Física y entrenadora especializada en Actividad Física y Salud) y de la Jefe del Servicio de Cardiología Centro de Medicina del Deporte (AEPSAD), Araceli Boraita, sí, pero con condiciones. “Cualquiera puede correrla siempre que su salud sea la adecuada y esté supervisado por profesionales”, señala Sánchez. El mismo argumento que sostiene Boraita, que añade que “quien no ha entrenado o lleva poco tiempo haciéndolo no puede afrontar una prueba tan exigente porque sería una locura”.

“Para muchos, el running ha dejado de ser algo saludable para convertirse en un objetivo de vida casi obsesivo”

Y es que rara es la hora en la que los runners no inundan las calles y parques de la ciudad y más aún el fin de semana en el que no se celebra una prueba de media o larga distancia. Ya sea por salud o moda, la ‘fiebre del running’ llegó para quedarse, aunque no abundan los verdaderamente conscientes de lo que una prueba como la maratón exige al cuerpo humano. “Se ha perdido el respeto y el miedo por las consecuencias físicas de la maratón”, asevera la preparadora física, que argumenta que “para muchos, el running ha dejado de ser algo saludable para convertirse en un objetivo de vida casi obsesivo”. Araceli Boraita prefiere quedarse con el lado bueno de la situación: “Esta ‘fiebre’ es positiva porque conciencia a la gente de que es más sano hacer deporte que quedarse en el sofá o en el bar”. Eso sí, no puede dejar de resaltar que siempre “hay que correr con seguridad, control y sin riesgo”.

“Se debe analizar el historial clínico y los valores de riesgo, es recomendable una exploración y la toma de tensión, así como un electro y una analítica”

Con todo, la responsabilidad es una virtud que ha de alimentarse desde todos los frentes, desde la Administración, pasando por la organización de las carreras y terminando en los propios corredores. En España no existe una normativa que exija una certificación médica para participar en carreras populares. Una cosa tan natural en países de nuestro entorno como Italia o Francia, aquí se llega a percibir como un obstáculo o criba para los participantes. Tanto Boraita como Sánchez defienden la regulación y el mayor control en las carreras. La primera explica en qué consisten los chequeos médicos recomendados: “Se debe analizar el historial clínico y los valores de riesgo, es recomendable una exploración y la toma de tensión, así como un electro y una analítica”. Además, para las personas de más de 35 años recomienda una prueba de esfuerzo con registro electrocardiográfico “con el objeto de constatar cardiopatías de base que no hayan dado la cara”.

La muerte súbita en los deportes en los que está implicada la carrera es siete veces mayor que en otros

En abril, dos corredores que participaban en la Maratón de Castellón fallecieron. Tenían 45 y 57 años. En mayo, otro hombre de 36 perdió la vida en la Media Maratón de Gijón. Según los últimos estudios, la muerte súbita en los deportes en los que está implicada la carrera es siete veces mayor que en otros. “En corredores populares”, relata Boraita, “la muerte súbita se da mayoritariamente en hombres de edad adulta (45-55 años) que previamente habían acumulado factores de riesgo o llevaban una vida sedentaria”. Por otro lado, “un 80 por ciento de las víctimas tuvieron síntomas los días previos y no los habían identificado”, se lamenta. Por todo ello, no pueden existir dudas de la pertinencia de las pruebas médicas. Tienen un coste de alrededor de 100 euros, más o menos el mismo desembolso que supone el último modelo de zapatillas. ¿Por qué arriesgarse?

“Será fundamental llevar a cabo una preparación muy exhaustiva, participar previamente en pruebas de distancias más cortas y aprender así las sensaciones del propio cuerpo”

Una vez aptos para correr, Almudena Sánchez aconseja “recurrir a la ayuda de un entrenador físico o, si se quiere abaratar costes, a un club de atletismo”. Además, según su criterio, “será fundamental llevar a cabo una preparación muy exhaustiva, participar previamente en pruebas de distancias más cortas y aprender así las sensaciones del propio cuerpo”. Respecto al tiempo de entrenamiento antes de lanzarse a una maratón, de seis meses a un año según la condición física de partida sería lo ideal.

En contra de la creencia y práctica de muchos, el entrenamiento para una maratón no sólo comprende las series largas de carrera continua. Tal y como explica Sánchez, “tienes que trabajar todo tu cuerpo, desde el abdomen -que es el estabilizador y ayuda a dar las zancadas adecuadas-, hasta la zona lumbar, los brazos, la flexibilidad, la fuerza y el trabajo aeróbico”. Y todo esto al menos cinco o seis días a la semana. Respecto a los días de descanso, tan fundamentales como el propio entreno, asegura que lo más recomendable es realizarlos de forma activa, esto es,

Una cuidada alimentación

Otra de las claves para afrontar un desafío tan inmenso es la nutrición. “El entrenamiento lleva a tu cuerpo al límite”, recalca Sánchez, que afirma que la alimentación tendrá que cuidarse de manera exhaustiva. Asimismo, no se muestra partidaria de los complementos, pero en caso de tener que recurrir a ellos subraya la necesidad de hacerlo bajo supervisión médica.

“Si has entrenado bien, el día de la carrera sólo tendrás que poner en práctica lo que le has enseñado a tu cuerpo”, afirma Sánchez, que añade: “siempre será recomendable ir de menos a más y con la ayuda de un pulsómetro, fundamental para controlar nuestro ritmo y cumplir así los objetivos”. Por su parte, Araceli Boraita, destaca la importancia de la hidratación, “causa de muchos problemas en este tipo de esfuerzos”, así como “no obsesionarse con acabar, ante el menor síntoma o dolencia hay que consultar”.

Y una vez concluida la maratón, resta algo tan importante como la preparación para la propia carrera: la recuperación. “Es fundamental”, concluye Boraita, “no sólo sufre el corazón, sino que lo hacen todos los músculos y articulaciones”. Así las cosas, según Almudena Sánchez, este último proceso podrá durar “en torno a dos o tres semanas y nunca deberá realizarse en reposo absoluto, sino de forma activa, con estiramientos y ejercicios suaves para que el cuerpo vuelva a su ser”.

Finalizar una maratón es una gesta encomiable, bella y única, pero la vida deportiva no debe terminar ahí, sino que la carrera ha de formar parte de la adquisición de un hábito saludable y responsable. ¡Ya no tienes excusas!

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