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"Cuando debutó Raúl, yo estaba en..."

Mañana se cumplen 500 partidos desde que el 7 debutó. ¿Qué hacían hace 14 años sus compañeros de once?

PEPE GARCÍA-CARPINTERO

El Ferrari blanco sigue devorando récords como si no costaran. Raúl se pondrá mañana en Palma una vez más la camiseta con el 7 y sumará su partido 500 en Liga. Ya es el sexto jugador de la historia que más partidos ha jugado. En el vestuario blanco, profesan devoción a la grandiosa trayectoria de su capitán, pero sólo Casillas y Guti tienen recuerdos difusos de aquel debut en La Romareda un 29 de octubre de 1994. Hace ya más de 14 años.

Aquel día, Iker tenía 13 años y estuvo lleno de rutinas. El portero se encontraba en su casa de Móstoles, en el barrio de Villafontana. En esa época, Casilla jugaba en el Infantil A y soñaba con imitar a Buyo.

En Camas, un niño de siete años al que ya apodaban Schuster comenzaba a llamar la atención. Jugaba en el equipo del pueblo con ficha falsa, ya que la edad mínima era de 9 años. Un año más tarde, un ojeador prodigioso (Pablo Blanco) se lo llevó al Sevilla.

Un larguirucho espárrago brasileño destacaba en las calles de Maceio (Brasil) por su complexión atlética. Pepe soñaba a sus 13 años con un sueño imposible: vestir la canarinha. Jugaba en el Napoli de su barrio. De Portugal, su destino posterior, apenas tenía referencias lejanas.

El único de la plantilla que ya militaba en la élite. Su adorado Nápoles, donde regresará en junio, ya le disfrutaba desde hacía tres temporadas. Fabio vivía la depresión del San Paolo por el inicio del viaje a los infiernos de Maradona.

El mítico 10 albiceleste une las vidas de Cannavaro y Heinze. En 1994, Diego firma por Newells Old Boys. Allí acababa de recalar en la cantera un chaval de 15 años de ascendencia alemana y al que ya apodan El Gringo. Le quedaban dos temporadas para debutar en el Clausura.

El Pintita acababa de ingresar a los seis años en un modestísimo equipo de cantera bonaerense, Parque Argentino. España quedaba lejísimos y viendo la televisión sólo pensaba en imitar los movimientos de su ídolo, Redondo, que también comenzó a jugar en Parque.

El niño bonito de Del Bosque deslumbraba en el Juvenil A del Madrid. Recuerda el debut de Raúl como una esperanza para la cantera. A Guti sólo le faltaba un año para seguir los pasos de Raúl. Valdano se fijó en él de inmediato y fue su segunda apuesta para la posteridad.

El recién llegado al vestuario tenía 9 años y empezaba a dar sus primeras patadas en el Nantes. Sus primeros entrenadores no confiaban mucho en él por su corta estatura. Pero justo en 1994 consigue convencer al Nantes para que le fiche.

Por aquel entonces, en un barrio obrero de Utrecht, Barry Sneijder llevaba a su hijo Wesley (10 años) todos los días a Amsterdam para que se entrenara mañana y tarde en una de las mejores canteras del mundo. Wesley se pasaba media vida en la autopista pensando en perfeccionar su estilo.

A 100 kilómetros de Utrecht, Arjen Robben, de la misma edad que Sneijder, dejaba atrás a todos los chicos de su pueblo (Bedum). Era la estrella de la ciudad y los dos equipos de Bedum se lo disputaban en ese año. Dicen que la potencia, la velocidad y el control de balón ya eran sus virtudes a esa edad.

El Pipa ya cantaba gol en los potreros anexos al Monumental a los 7 años. Higuaín ya estaba en las categorías inferiores de River Plate por aquella época. Su padre, ex futbolista, le había inculcado rápidamente la fiebre del balón y del gol.

El debut en Primera estaba a la vuelta de la esquina de Salgado. El 2 blanco jugaba en el filial del Celta por aquel entonces y era uno de los fijos de las selecciones inferiores. Míchel debutaría en enero de 2005.

La última perla de la cantera blanca. Tenía cinco años en 1994 y no podía imaginar que compartiría vestuario con ese Ferrari que hoy cumple 500 partidos.

 

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